"(...) La burguesía independentista catalana había creado con JxS un
instrumento político para dotarse de un mayor apoyo electoral -
especialmente el de la pequeña burguesía pero también el de otras clases
populares - con el objetivo de lograr una mayoría absoluta en el
parlamento y tener las manos libres para continuar su proyecto sin tener
que depender de los independentistas de izquierdas (CUP).
El proyecto
de la burguesía catalana tampoco es perfectamente claro, aparentemente
es la obtención de un Estado independiente encajado dentro de la UE,
manteniendo el contenido neoliberal practicado por el anterior gobierno
de CiU, pero si hubiese obtenido esa mayoría que anhelaba y hubiese
iniciado el proceso de independencia existen dudas razonables para
pensar que si se encontrase en una situación de aislamiento en Europa
tal vez transformaría su proyecto de independencia por otro de obtención
de un Estatuto más ambicioso a cambio de su continuación dentro del
Estado español.
Sin embargo, el resultado de las elecciones han
arruinado esas expectativas, los resultados de JxS no solo no les
conceden la mayoría absoluta de diputados, sino que son inferiores en 9
diputados a la suma de CiU y ERC en 2012.
En esta situación de debilidad
para continuar con un proyecto tan ambicioso como proclamar la
independencia unilateralmente, aquél solo puede continuar si consigue el
apoyo de la CUP. Pero esta alianza complica extremadamente el proyecto y
liderazgo del mismo por la burguesía catalana. (...)
Una alianza de JxS y la CUP, aunque fuese para un difícil programa de
mínimos como conseguir la independencia, sería a costa de la
destrucción final de una de las dos fuerzas. Y dada la desproporción de
fuerzas entre JxS y las CUP, previsiblemente sería esta última la
perdedora en dicha alianza.
Un complicado dilema para las CUP que va a
poner a prueba la coherencia de esta formación y en el que se juega su
futuro. En relación con este proyecto el panorama continúa, por
tanto, completamente abierto. Primeramente porque los resultados en
votos del bloque independentista han sido inferiores al bloque no
independentista (47,8% frente al 52,2%) y esta situación les debilita en
el panorama interno e internacional para el reconocimiento de una
independencia declarada unilateralmente y en un entorno hostil.
Como
apuntábamos anteriormente, si la burguesía independentista catalana se
encuentra con el doble obstáculo de tener que depender de la CUP y
encontrar mayor rechazo en las instancias internacionales a su
declaración unilateral de independencia, seguramente una parte de ella
se repliegue hacia el objetivo de conseguir un Estatuto más ambicioso
para Cataluña. (...)
Habíamos señalado que había un segundo proyecto en juego en estas
elecciones, el de la capacidad de las formaciones a la izquierda del
PSOE para desplazar a éste como principal referente en el campo de la
izquierda o progresista y de convertirse en alternativa de gobierno o,
al menos, en factor determinante en la política española. (...)
Estas expectativas se han derrumbado con el resultado obtenido por CSQP
(8,98% y 11 diputados), inferior al obtenido por ICV e EUiA hace tres
años. El PSOE ha vuelto a demostrar por tercera vez en este año que no
existen posibilidades reales de ser sobrepasado, al menos en un
horizontes próximo, por Podemos o algún tipo de alianzas que construya; y
la cuestión social ha quedado claramente marginada frente a la
independentista, pues entre CSQP y la CUP suman solamente el 17,25% de
los votos.
Lo que es aún más preocupante, la cuestión social seguramente
va a quedar eclipsada en los próximos meses en la campaña de las
elecciones generales por la cuestión catalana y, en estas condiciones,
las expectativas de las fuerzas a la izquierda del PSOE posiblemente se
reducirán como ha pasado en estas elecciones del 27-S. (...)" (Jesús Sánchez Rodríguez , blog, en Rebelión, 30/09/2015)
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