"(...) En una conversación con Enric Llopis, al ser preguntado por “si en
el actual estado de cosas, la CUP prioriza las luchas sociales o la
independencia”, David Fernández señalaba:
“La CUP nunca ha
priorizado o jerarquizado una cuestión por encima de la otra. La
izquierda independentista de los Països Catalans, desde que se fundó
bajo la dictadura en 1968, siempre ha puesto al mismo nivel la cuestión
nacional y la social. Son lo mismo, dos cuestiones indisociables. (...)
Lo de que la CUP “nunca ha priorizado o jerarquizado una cuestión por
encima de la otra” es más que discutible. Pero admitiendo que hubiera
sido así: ¿una fuerza de izquierda no tiene que priorizar, por encima de
otros combates y preocupaciones, la lucha por las “cuestiones
sociales”, por lo más esencial, por lo más básico, por su verdadera seña
de identidad?
¿No es la permanente agresión contra los derechos de los
trabajadores/as, pensadas y ejecutadas algunas de ellas por fuerzas que
forma parte de un acuerdo “nacional” del que las CUP también forman
parte, no es la lucha contra esas agresiones, decía, lo esencial, lo más
importante?
2. La izquierda independentista de los Països
Catalans no siempre ha puesto al mismo nivel la cuestión nacional y la
social. Ni de lejos. DF confunde, quiere acaso confundir, es humano,
demasiado humano, su deseo con una realidad que le refuta mil
novecientas diecisiete veces.
La izquierda independentista dels PPCC ha
puesto énfasis destacado en la independencia (es decir, en la separación
de una España siempre considerada de forma simple y uniformista, no en
su diversidad, riqueza y solidaridad) y mucho menos, de largo, en su
supuesto ser y actuar de izquierdas.
3. Si lo social y lo
nacional fueran dos cuestiones indisociables (que no lo son, basta ver
lo que señalan y, sobre todo, practican otras fuerzas nacionalistas), de
ahí no infiere que sean lo mismo. En absoluto.
4. Sin
menospreciar a nadie, la presencia del Partit Socialista d'Alliberament
Nacional (PSAN) en muchas luchas de la clase obrera catalana (llena de
aragoneses, extremeños, gallegos, castellanos, vascos, murcianos,
andaluces, etc mis padres son un ejemplo, tal vez también los suyos) fue
absolutamente inexistente.
5. La influencia de las luchas
anticoloniales y antiimperialistas en América Latina y Asia en los años
60 y 70 fue importante para nosotros sin duda. Claro que sí, faltaría
más. Pero, ¿en quiénes influyeron? Más allá de eso, ¿qué tienen que ver
las luchas de, pongamos, los pueblos de Nicaragua, Cuba, Angola o
Vietnam con la lucha por una supuesta independencia de algunos sectores
de la sociedad catalana? ¿Qué tendrán que ver Junqueras, Jordi Pujol,
Felip Puig, don Mas, Oriol Pujol o Marta Rovira con Carlos Fonseca,
Samora Machel o Ho Chi Minh?
6. La unión de la cuestión nacional
y social en la historia del movimiento obrero catalán de la que habla
DF hace referencia a otras épocas, a otras situaciones, que poco o nada
tienen que ver con la situación actual. No existe opresión sobre la
cultura y la lengua catalanas (aunque, por supuesto, podamos avanzar en
estos ámbitos). Esa afirmación es un cuento de los que denunciaba, con
razón, León Felipe. Los datos muestran lo que muestran.
Por lo
demás, muchos de los que participamos en esas luchas, hermanados siempre
con otros pueblos españoles, no tenemos nada que ver con la actual
derivada independentista. Nada de nada. Lo de hoy es otra cosa, aunque
se usen términos parecidos. El concepto, los conceptos, son otros,
radicalmente distintos.
7. “El patrimonio de algunas tradiciones
muy importantes, como la del primer PSUC…”. ¿Primer PSUC? ¿A ver, a
ver, de qué está hablando exactamente aquí el compañero DF? Ya nos lo
explicará.
Mientras tanto, y como él sabe mejor que yo, el PSUC
de la lucha antifranquista, el partido de los comunistas catalanes, el
Partido de Teresa Pàmies, Manuel Sacristán, Francisco Fernández Buey y
Montserrat Roig nunca fue un partido independentista. Nunca. Estaba,
sigue estando, por una República Federal que hermane a todos los pueblos
de España. No por una República catalana que, curiosamente, nadie
afirma que deba ser también federal.
8. La supuesta equiparación
entre nacionalismo catalán y burguesía es otra de las afirmaciones
útiles al independentismo catalán. Nadie en su sano juicio, basta ver
fotos o reportajes (algunos de ellos fuertemente “trabajados”), puede
afirmar que todos los burgueses catalanes son nacionalistas o que todos
los nacionalistas son burgueses.
Otra cosa distinta, muy distinta, es
afirmar que la lucha actual por la supuesta independencia es una lucha
dirigida y hegemonizada por sectores de la burguesía catalana, enmarcada
además en una cosmovisión burguesa y neoliberal que echa para atrás al
menos sensible. Basta pensar, en sus aliados y en sus proyectos; Israel y
Eurovegas se ubican en están coordenadas.
Se suman asuntos menores pero
significativos: su forma de decir, de vestir incluso; sus
explicaciones; sus colegios de élite; sus centros de reunión; sus redes
de privilegiados; su total desconocimiento de parte del país que tanto
dicen amar; su sectarismo creciente; su clasismo cultivado, etc.
9. Quien más está hoy, afirma DF, en contra del proceso son La Caixa, Fomento del Trabajo y La Vanguardia.
Lo de LV no se mantiene ni por asomo. LV tiene a gala jugar a mil
bandas. Lo mismo por otra parte, que Caixabank o Fomento.
No es fácil
ver qué unidad de medida usa DF para afirmar que son ellos “los que más”
están en contra de lo que llama “proceso” (¡Pero que dialécticos!).
Pero aunque fuera así: ¿qué pasa? ¿Querrá insinuar DF, seguro que no,
que los que somos federalistas y tenemos a gala no somos
independentistas somos agentes de la LV, Fomento o Caixabank? ¿Que nos
han comido el coco, que no nos enteramos de nada?
Si hay ciudadanos
trabajadores en el movimiento independentista, sin duda los hay, DF
debería admitir que también hay muchos que no lo son, que no lo somos, y
que son activos en colectivos o movimientos federalistas. ¿No es acaso
la estelada, no hablo de la senyera que es otra cosa, lo que está
dividiendo a las clases trabajadoras catalanas?
10. ¿Que no
busquemos, afirma DF, oligarquías independentistas por ninguna parte?
¿Esto va en serio? ¿Y a quiénes representan entonces el político
profesional Artur Mas o su padre político, el gran manipulador y
defraudador Jordi Pujol? Al poble català?
11. Además, afirma
finalmente DF, desde hace al menos cuatro años, “a la cuestión nacional y
social habría que agregar la crisis democrática”. Pues tomemos nota y
hagamos que eso que él llama proceso, a la forma de decir de Heráclito,
tenga esas características.
Por ahora, no las tiene. Basta
pensar en la permanente e ininterrumpida manipulación de los medios de
(des)información catalanes. A una persona, a un compañero como él, con
su capacidad critica, le deberían producir arcadas y vómitos. No hablo
ya de la ley electoral o de la permanente visión distorsionada de España
que corre a raudales por páginas y seminarios del mundo independentista
catalán.
No pienso en las CUP ahora. Paradoja de paradojas: hermanados
con personas como Diego Cañamero o con luchas como Gamonal o las mareas
madrileñas, infieren de ello que lo mejor es vivir en dos Estados
separados, que lo más razonable es romper un demos común y ayudar a
construir un Estado dirigido por el Dúo Dinámico-procesual Mas-Junqueras
(con Forcadell, Casals y Vila d’Abascal dirigiendo la coral
soberanista) (...)" (Salvador López Arnal , Rebelión, 17/01/2015)
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