¿Hay alguien que votaría como yo por la independencia, aunque el que la liderara fuera un asesino, un pedófilo o un corrupto?

 "l profesor Universidad Abierta de Cataluña (UOC) y promotor de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Miquel Strubbel, ha defendido a través de un comentario en su cuenta de Twitter que votaría “a un asesino, un pedófilo o un corrupto” con tal de conseguir la independencia.
“¿Hay alguien aún que votaría por la independencia como yo, aunque quien liderase la candidatura fuera asesino, pedófilo y corrupto?”, señala en su tuit Strubbel, que también es fundador de la plataforma Sobirania i Progrés , una plataforma próxima a ERC y que exige la “autodeterminación” de Cataluña a través de un referéndum.
El promotor de la ANC añadía que “en el amor y en la guerra todo vale” y que, con sus palabras, “pretendía poner las cosas en perspectiva”. “Si los aliados hubieran jugado ‘limpio’ contra Hitler, por ejemplo, nunca habrían ganado”, agregaba. (...)"           (La Voz Libre, 13/01/2015)

 "(...) el presidente Mas debió de volver tocado de París.

 Debió de ser duro comprobar en directo lo que es un pueblo, por utilizar la terminología de su academia. No sólo es una cuestión de números. Desde luego, los ciudadanos que tomaron el domingo las calles de Francia fueron millones: millones veraces, muy distintos a los que pone en circulación el monopoly catalán.

 Pero mucho más importante que los números fue la gravedad. Una gravedad que no sólo fue consecuencia del duelo, sino del rigor democrático. Cuando en una democracia los ciudadanos toman políticamente la calle la gravedad importa. La defensa de la civilización no es una fiesta.

 Del mismo modo, romper un Estado democrático, acabar con quinientos años de historia compartida, aislarse de Europa e hipotecar el bienestar de, al menos, una generación de ciudadanos no son objetivos que se puedan alcanzar con humo de costellada. Se exige una cierta gravedad del músculo. 

De ahí que yo comprenda perfectamente a un Strubell, sociolingüista e independentista de solera, que ayer se preguntaba en su cuenta de Twitter para escándalo de pusilánimes florecillas esteladas: «¿Hay alguien que votaría como yo por la independencia, aunque el que la liderara fuera un asesino, un pedófilo o un corrupto?».

 Está muy bien dicho. Cuando uno quiere utilizar a un pueblo para quebrar la ley ha de contar con el pueblo, seria y globalmente considerado. De vuelta de París y de la experiencia de la nación en pie el presidente Mas reanudaría su lata política secesionista: los sms con el profesor Junqueras, el toque de cacerolas que le había prometido para la noche la guitarrera Forcadell y un almuerzo con el estadista Duran Lleida donde iban a servir merluza hervida. Spleen de la secesión. (...)"                 (Arcadi Espada, El Mundo, 12/01/2015)