"(...) Pues la verdad, yo no lo veo nada bien, por utilizar una expresión
políticamente correcta. Pero si me insisten, no puedo menos de reconocer
que la vida en común, eso que llamamos la sociabilidad de nuestras
relaciones, la defensa de opiniones sin coste alguno para quien las
exhibe, todo aquello que caracterizaba una sociedad abierta, ha sufrido
un deterioro al que la parodia de referéndum del 9 de noviembre ha dado
un golpe definitivo. ¿Votaste o no votaste? ¿Amigo o enemigo?
No
es lo mismo vivir en una sociedad diversa que en una sociedad
fraccionada. ¿Quién va a pagar este destrozo? Para la minoría hegemónica
independentista el futuro del país de Jauja está a la vuelta de la
esquina. Para el resto, en el que caben muchas posturas, lo único que se
preguntan son dos cosas: cómo saldremos de esto y cómo llegamos a ello.(...)
Porque no se trata de decidir sobre los presupuestos y la
administración del poder, sino sobre el blindaje de quienes se han
comido los fondos. La Sanidad en Catalunya, por citar el caso más
escandaloso, es lo más parecido a lo que el Partido Popular está
promoviendo en Madrid. Hay que ser muy simple para creerse que los
culpables están en el Poder Central y no en el Govern de la Generalitat.
¿Es
más importante la independencia que la crisis económica, los
desahucios, el paro, la corrupción? Ahí es donde se acabó la izquierda
en Catalunya, convirtiéndose en algo que ya viene de atrás; los
cómplices de quienes se han alimentado y beneficiado de la crisis, los
desahucios y la corrupción.
La comisión parlamentaria sobre Jordi Pujol
ha solicitado la comparecencia de casi 200 personas, la inmensa mayoría
aforadas; nunca llegará a conclusión alguna. Es una estafa a la
ciudadanía. No hay escena más significativa que el abrazo del president
Mas al líder de las CUP, Fernández, en el Centro de Telecomunicaciones
de la Generalitat. Tiene valor iconográfico, como el beso en la boca de
Gorbachov a Honecker en Berlín. La complicidad de la sumisión. Algo así
como ¡Fernández, has cumplido como si fueras uno de los nuestros! (...)
La iniciativa de engañar al Estado es de una candidez perversa y más
aún si lo dices como un fanfarrón de fiesta mayor. Esta gente no está
aventada, sencillamente les falta un hervor, porque además de ser un
partido tan sospechoso de corrupción que mantiene su sede central
embargada por los tribunales -conviene repetirlo porque no creo que haya
en toda España un caso semejante- tiene el techo de cristal.
Sólo
alguien sobrado de lo que se denomina filibusterismo político puede
decir, como el número dos de Convergència, Josep Rull: “Las elecciones
en Catalunya tienen que hacerse cuando tengamos las fuerzas para ganar”.Demasiado
años de silencios cómplices nos han abocado a la estafa democrática del
9 de noviembre.
A veces pienso si es que las querencias, tras 23 años
de pujolismo omnímodo, es la de adular al poder mientras facilite la
vida a los que no conocen otra crisis que la gastronómica, la otra
burbuja de la frivolidad social. (...)
Salvo para los cándidos que se creen lo que les gusta creer, tenemos en
Catalunya una clase política tan corrupta y servil como la del resto de
España. Lo que ocurre es que como estamos en un país pequeño, los
conocemos a todos y nos produce cierto rubor describir a personajes de
los que sabemos de antiguo. (...)
Aquí la sociedad se ha roto y nadie parece preocupado en aliviar la
tensión creada por el macizo de la catalanidad, los de la ceba en
lenguaje arcaico, a los que se han sumado esos irredentos hijos de la
emigración, demediados entre la parla con sus padres, en castellano
acentuado, y el catalán que exigen cuando cierran el candado de sus
orígenes para convertirse en estrictos criollos, observados con cierta
gracia y no sin desdén por los pata negra. (...)
Por eso suscribo las palabras de Juan Marsé la semana pasada en El
Cultural, una fotografía de grupo:
“La rampante incultura nacional y la
no menos nacional y rampante engañifa educacional futbolera, la señora
Cospedal y sus insufribles y mofletudos embustes, y Oriol Junqueras y su
llorosa cabezonería identitaria, y TV3 y su desvergüenza informativa, y
el caricato portavoz de CiU Francesc Homs y su titiritera gesticulación
vendiendo humo, Rajoy y su insostenible tancredismo, el corrupto
expresident Jordi Pujol por envolverse en la senyera y mearse en ella,
el nacionalismo español que aspira a ser imperial y el nacionalismo
catalán que aspira a ser provinciano, los jerarcas de la cavernícola
Iglesia católica española, etcétera.”.
Imagínense si estamos jodidos que hasta el anuncio de la Lotería de Navidad va empañado de tristeza." (Las urnas milagrosas (y 2), de Gregorio Morán en La Vanguardia, en Caffe Reggio, 22/11/2014)
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