28/9/14

¿Quiénes acudían a las manifestaciones del 11 de septiembre durante el franquismo? ¿Recuerda JFLl los apellidos y orígenes sociales y territoriales de los detenidos?

"(...) Según parece alguien del publico preguntó en el debate por qué un obrero catalán no iba a votar independencia. No puedo confirmar que la pregunta se formulara en esos términos exactos. Ignoro qué entendía el asistente por obrero catalán; dudo sobre qué significaba para él/ella “votar independencia”. 

Pero, en mi opinión, un claro indicio de cuál es la situación a la que hemos llegado es que alguien, en un encuentro relacionado con el legado o la figura de Pasionaria, haga una pregunta (que no es pregunta) de estas características que, obviamente, no busca respuesta. Ya la tiene y más que segura. 

El independentismo catalanista, en versiones liga-nordistas o con sistemas afines, está haciendo algunos estragos (sin exagerar) entre sectores obreros, grupos sociales próximos y entre algunas de sus fuerzas más o menos representativas (para no ofender a nadie, no doy nombres). (...)

Josep Ferrer Llop [JFLl], ex rector de la UPF, militante o ex militante de EUiA, independentista convencido, ha publicado en sin permiso electrónico de 13 de julio de 2014 su respuesta a la pregunta. Con el mismo título que la duda formulada y, de hecho, sin responder propiamente.

Resumo, espero sin alteraciones, sus análisis, observaciones y, digamos generosamente, argumentos. Algunos son conocidos:

1. La izquierda española (en su terminología: la izquierda no catalana, es decir, una izquierda que incluye la gallega, la vasca, la andaluza o la valenciana pongamos por caso) sigue errando en el análisis y la estrategia ante, lo que él llama, “el secesionismo catalán”. (...)

Tras ella, sostiene el ex rector sin que le tiemble el pulso de la escritura, se ha venido aplicando sistemáticamente (es decir, siempre y no de cualquier forma) “una política represiva de asimilación, recurriendo de nuevo a la milicia de forma recurrente. Incluso en el artículo 2 de la Constitución, impuesto por el Estado Mayor”.

 Dejo lo del artículo 2 y las descalificaciones políticas sufridas por quienes denunciábamos en aquel viejo entonces esa inclusión y esa procedencia por parte de gentes próximas políticamente a JFLl. No es el punto. 

Se entiende, pues, así lo debe entender el ex rector, que durante estos 35 últimos años la política seguida por instancias de los gobiernos centrales, por todas ellos, sin distinción, y por instancias autonómicas-nacionales catalanas, con amplias competencias en temas culturales y educativos, ha sido una política de asimilación. 

De asimilación, ¿a qué? ¿Al castellanismo? ¿Al rancio españolismo? ¿A la historia de Viriato? ¿No ha sido posible cultivar la lengua, la cultura, la historia, las costumbres catalanas a lo largo de estas tres últimas décadas? Cuesta creerlo si uno se da una vuelta por el país, sabe lo que se explica en colegios e institutos o ve tres informativos y medio de TV3.

2. Desde luego, añade JFLl, no solía hacerlo en otras ocasiones, “tampoco se pueden ignorar las relaciones sociales, económicas y sentimentales entre los pueblos peninsulares, generadas gracias a o a pesar de esa unidad impuesta”. ¡Que suenen las campanas, todas ellas! ¡Mil de esas campanas suenan en mi corazón! ¡Por fin! 

Estas relaciones, también las políticas que no cita, “llevan a plantearse la posibilidad de un estado común, de una federación o de una confederación, pero siempre tomando como punto de arranque teórico esa autonomía de cada parte.”

 ¡Novedad total! Nada de esto último se decía apenas hace dos meses en otras intervenciones. Parece que vamos bien: esta ha sido la política defendida por la izquierda de Sefarad durante décadas y décadas, también en tiempos de dura lucha antifascista.  (...)

Ciertamente, añade con expresión más que mejorable JFLl, “en algunos casos el país invadido ha terminado aceptando alguna forma de integración que respete sus peculiaridades y que conlleve ciertas mejoras sociales y económicas”.

¡País invadido! ¡Aceptando formas de integración! Pero, apunta, la oligarquía española (que para él debe ser la oligarquía no catalana: es decir, López Rodó, Millet, Fainé o Samaranch no están incluidos en la clase referenciada) se ha caracterizado por todo lo contrario: uniformista en lo cultural, retrógrada en lo social y calamitosa en lo económico. 

De acuerdo, de acuerdo, qué duda hay. ¿Y la de aquí, qué caracteriza a la oligarquía catalana-molt-catalana? ¿Su progresismo social (¡ay el pistolerismo patronal, made in Catalonia!)? ¿Son eficaces y más que eficaces en ámbitos económicos? ¿Lo fueron, lo han sido en Banca Catalana y en Catalunya Caixa por ejemplo? ¿Para quiénes?

 ¿Para el país? ¿Y no son uniformistas en lo cultural? ¿Aquí no? ¿El flamenco, por ejemplo, es parte sustantiva de la cultura catalana? ¿Miguel Poveda es tan considerado como Llach por ejemplo? ¿Mas, Pujol, Mascarell, Mas-Colell y sus colegas son pluralistas y más que pluralistas en asuntos culturales? ¿Dónde lo muestran, dónde lo demuestran? ¡No me lo puedo creer! Cuesta creerlo de hecho.

3. La segunda restauración, comenta el ex rector, ha sido una oportunidad, la última en su opinión, también fallida: “las clases dominantes y los partidos dinásticos dilapidaron las oportunidades económicas, destrozaron el nuevo Estatut y desacreditaron las instituciones.”

 ¿Qué clases dominantes desacreditaron las instituciones y dilapidaron las oportunidades económicas? ¿Sólo las “españolas”? ¿Las catalanas estuvieron ausentes de este desaguidado? ¿Don Oriol Pujol, por poner un ejemplo entre mil, es un paradigma a retener? ¿Están hechas de otra pasta? ¿Son más modernas, más exquisitas? 

¿Con ellas caben acuerdos, pactos, marchas y proyectos en común, objetivos a medio y largo plazo? ¿Todos unidos de la mano mientras destrozan y aniquilan las conquistas obreras del más que demediado estado de bienestar catalán y manipulan y trituran consciencias críticas?


4. La izquierda, debe ser la “española”, lamenta el fracaso de esta integración sostiene JFLl: “añora esa posible república federal que no llegó a cuajar y quizá también porque se auto-inculpa de que algo más podía haber hecho.”

 ¿Algo más? ¿Qué podía haber hecho que no hizo? Pero, desde su punto de vista, “debería celebrar que el pueblo catalán haya sobrevivido a la represión y a los intentos de asimilación. “Si la reconciliación no fue posible, por lo menos no acabó con la aniquilación del oprimido.” (¡Aniquilación del oprimido! ¿De qué oprimidos?)

A ver, a ver, a ver cómo se come todo esto: ¿la izquierda debería celebrar que el pueblo catalán haya sobrevivido a la represión? ¿No lo ha celebrado, no ha concelebrado con el pueblo catalán, el vasco, el andaluz o el castellano que hayan sobrevivido a la represión? ¿Y eso cómo si fuera algo externo, como si pasara por allí despistada, como si no tuviera nada que ver con el asunto? 

¿La izquierda catalana y española, siguiendo la terminología más que inconsistente de JFLL, no fueron dos de las fuerzas que más hicieron, con riesgos indudables, por defender la cultura, la lengua, las tradiciones, la autonomía catalana (o vasca o gallega por ejemplo? ¿Quién publicó la primera revista en catalán (Horitzons, Nous Horitzons) en la postguerra franquista? ¿Quiénes acudían a las manifestaciones del 11 de septiembre durante el franquismo? ¿Recuerda JFLl los apellidos y orígenes sociales y territoriales de los detenidos? 

¿Quiénes defendían a un tiempo y sin contradicción el derecho de autodeterminación como solución política en tiempos de represión nacional (que no son nuestros tiempos ni de lejos), la solidaridad entre los pueblos y la República democrática federal como horizonte? 

¿La izquierda catalana pensó en algún momento en romper lazos con el resto de la izquierda española? ¿Cuándo se emborrachó de soberbia y suficiencia y se puso a los pies de sus propios dominadores?

5. Probablemente, prosigue JFLl, ese primer error de análisis (¿qué error?, ¿lo han detectado?) nos lleva al segundo, “cuando se sigue diciendo que el proceso soberanista es una cortina de humo inventada por la burguesía y/o por Artur Mas para tapar las vergüenzas de sus recortes sociales. 

Probablemente lo está instrumentalizando pero no lo inventó”. Es una insurrección, afirma, este el término por él usado, “de clases medias, de profesionales, de medios rurales, de pequeños y medianos empresarios y de buena parte de la clase obrera, que han llegado a la conclusión de que la convivencia respetuosa dentro del estado español es imposible.”

Lo de insurrección de las clases medias (concepto nada marxista y más que impreciso), es decir, de una parte de esas mal llamadas clases medias, JFLl incluido en ellas con satisfacción seguramente, probablemente sea más verdadero que falso (aunque “insurrección” es, a todas luces, un término más que inexacto). 

Pero ¿de dónde habrá inferido el ex rector que buena parte de clase obrera está por esa labor? ¿Qué datos confirman esa apreciación? ¿Qué estudios? ¿No será más bien una profecía que desea autocumplirse y que se anuncia una y otra vez para ello? Por lo demás, ¿es necesario recordar el bombardeo nacionalista incesante que se está sometiendo al país desde medios como TV3, Catalunya Ràdio e instrumentos de intoxicación cultural e ideológica afines?

 ¿Exagero? Vean cualquier programa de debate de la televisión pública o privada (8TV, por ejemplo, con doña Pilar Rahola como estrella invitada). ¿Son inocentes los argumentos liganordistas extendidos de forma calculada en esos ámbitos obreros? ¿Quiénes financian esos colectivos agitadores, quienes están detrás? ¡Con la independencia viviremos mejor y todo estará resuelto! ¡Los españoles nos roban! Y ya está, adelante, que la Arcadia se aproxima.  (...)

6. Esos errores de análisis (de nuevo: ¿qué errores?) generan, en opinión de JFLl, un rechazo frontal de la secesión, “el cual aboca a la izquierda española al callejón sin salida del federalismo”. 

Y la cosa de nuevo es sorprendente porque, más allá de la opinión del que suscribe, una parte de esa izquierda española a la que hace referencia el ex rector no mantiene un rechazo frontal a la secesión. ¿Rechazo frontal de Podemos?

 ¿Rechazo frontal de IU? ¿Rechazo frontal de la izquierda nacionalista vasca o gallega? ¿Rechazo frontal de Compromís? A mi ya me gustaría el rechazo (no el rechazo frontal) a una salida insolidaria e impropia de la tradición popular pero no veo que se pueda afirmar ni de lejos una afirmación así.

Por lo demás, ¿por qué el federalismo es un callejón sin salida? Pues porque lo afirma con JFLl. ¿Han leído ustedes hasta el momento algún argumento que justifique esa afirmación? ¿Dónde, en qué momento? Se concluye lo mismo que se presupone o postula sin ningún desarrollo argumentativo. 

Por lo demás, ¿no lo es el independentismo? ¿El independentismo es un callejón con mil salidas maravillosas?

7. Finalmente, llegamos a la pregunta del titular. Para muchos obreros catalanes, sostiene JFLl, ese federalismo ni es viable, ni resolvería sus problemas. ¿Y cómo lo sabe el ex rector? ¿No es viable, no resolverá sus problemas? ¿La independencia sí que es viable y el federalismo no, en su sueño, una quimera? ¿Y qué problemas? ¿El paro, las desigualdades, la explotación, la marginación obrera de la Universidad? ¿Y la independencia sí?

No, claro que no, de entrada no: “es cierto que tampoco la independencia los va a resolver milagrosamente, pero por lo menos ofrece alguna expectativa más consistente”. ¿Y por qué, por qué la independencia (observen: ni dret a decidir ni formulaciones afines: ¡independencia!) ofrecen más expectativas que el federalismo republicano? ¿De dónde extrae el ex rector el escenario? ¿Qué datos, qué informaciones, qué argumentos tiene para sostener una cosa así?  

Luego, para acabar, otro golpe en el rostro de los que no comulgan con sus posiciones: “Se trasluce el recelo de que la auténtica cortina de humo es ese federalismo, sospechosamente renacido cuando el independentismo ha cobrado fuerza.” Es decir, los federalistas somos unos impresentables, no nos enteramos de nada y, además, somos unos oportunistas.

Me olvidaba: ¿dónde han quedado las vinculaciones culturales, políticas, sentimentales, admitidas por el mismo, entre las gentes trabajadoras de aquí y de allí? Pues donde habita el olvido como apuntó un poeta republicano que no podría entender, de ninguna de las maneras, la deriva independentista de algunos sectores de la inteligencia de izquierdas catalana.  (...)"               (Salvador López Arnal, Rebelión,  22/07/2014)

No hay comentarios: