5/5/14

La imposibilidad de ser a la vez catalán y español es una tesis que no es aceptada por muchos ciudadanos de Cataluña

"La imposibilidad de ser a la vez catalán y español es una tesis tan radical que incluso va más allá de los postulados independentistas. Representaría asumir que existe una severa incompatibilidad entre identidades. Tal incompatibilidad no es aceptada por muchos ciudadanos de Cataluña. 

De los riesgos de marcar un territorio de incompatibilidad entre identidades se ha percatado incluso ERC. Las encuestas indican que un amplio sector social recela de las imposiciones o circunstancias de exclusión que podrían darse en una Cataluña independiente. (...)

En plena campaña para las elecciones europeas, el candidato de ERC dice creer en la unidad del ser humano y no en que sea normal que los ciudadanos actuales tengan muchas identidades simultáneas. (...)

 No está de más preguntarse porqué se propone una ruptura con España cuando se la aprecia tanto, como dice Oriol Junqueras. En el fondo la cuestión es otra porque la evidencia cotidiana es que uno puede tener las identidades que asuma o elija, según sus modos de pertenencia.

 Para voces destacadas de ERC las identidades compartidas no son tan legítimas como la suya, la única. Desde esta perspectiva se ha llegado a decir que el caso de la múltiple identidad “hasta hace poco lo trataban los psiquiatras” y todavía lo tratan.

Si se aplica ese criterio, media Cataluña ha de pedirle hora al psiquiatra, porque en la sociedad catalana lo más notorio son las identidades compartidas. Dada la situación del sistema sanitario después de los recortes presupuestarios, las listas de espera van a prolongarse hasta más allá de los umbrales de una improbable secesión. El diagnóstico sobre la imposibilidad de ser catalán y español a la vez pudiera colapsar la capacidad asistencial del Estado de Bienestar en Cataluña. (...)

Ha habido varios intentos de amalgamar catalanismo y liberalismo. Era factible pero fueron oportunidades perdidas, entre otras cosas porque el salto del catalanismo al nacionalismo irredentista acababa por contraponer la idea liberal a la idea absoluta de la nación sojuzgada. 

 El nacionalismo pretende no solo ofrecer más felicidad que nadie sino que configura una versión única de la felicidad. Por el contrario, el liberal —como dice Dahrendoff— es capaz de reconocer la enorme multiplicidad de deseos y modos de vida de los seres humanos, al tiempo que detecta los peligros que implica crear o garantizar la felicidad para todos. (...)"                ( , El País, 21 ABR 2014 )

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