"La imposibilidad de ser a la vez catalán y español es una tesis tan
radical que incluso va más allá de los postulados independentistas.
Representaría asumir que existe una severa incompatibilidad entre
identidades. Tal incompatibilidad no es aceptada por muchos ciudadanos
de Cataluña.
De los riesgos de marcar un territorio de incompatibilidad
entre identidades se ha percatado incluso ERC. Las encuestas indican que
un amplio sector social recela de las imposiciones o circunstancias de
exclusión que podrían darse en una Cataluña independiente. (...)
En plena campaña para las elecciones europeas, el candidato de ERC dice
creer en la unidad del ser humano y no en que sea normal que los
ciudadanos actuales tengan muchas identidades simultáneas. (...)
No está de más preguntarse porqué se propone una ruptura con España
cuando se la aprecia tanto, como dice Oriol Junqueras. En el fondo la
cuestión es otra porque la evidencia cotidiana es que uno puede tener
las identidades que asuma o elija, según sus modos de pertenencia.
Para
voces destacadas de ERC las identidades compartidas no son tan legítimas
como la suya, la única. Desde esta perspectiva se ha llegado a decir
que el caso de la múltiple identidad “hasta hace poco lo trataban los
psiquiatras” y todavía lo tratan.
Si se aplica ese criterio, media Cataluña ha de pedirle hora al
psiquiatra, porque en la sociedad catalana lo más notorio son las
identidades compartidas. Dada la situación del sistema sanitario después
de los recortes presupuestarios, las listas de espera van a prolongarse
hasta más allá de los umbrales de una improbable secesión. El
diagnóstico sobre la imposibilidad de ser catalán y español a la vez
pudiera colapsar la capacidad asistencial del Estado de Bienestar en
Cataluña. (...)
Ha habido varios intentos de amalgamar catalanismo y liberalismo. Era
factible pero fueron oportunidades perdidas, entre otras cosas porque el
salto del catalanismo al nacionalismo irredentista acababa por
contraponer la idea liberal a la idea absoluta de la nación sojuzgada.
El nacionalismo pretende no solo ofrecer más felicidad que nadie sino
que configura una versión única de la felicidad. Por el contrario, el
liberal —como dice Dahrendoff— es capaz de reconocer la enorme
multiplicidad de deseos y modos de vida de los seres humanos, al tiempo
que detecta los peligros que implica crear o garantizar la felicidad
para todos. (...)" (
Valenti Puig
, El País, 21 ABR 2014 )
No hay comentarios:
Publicar un comentario