"(...) De momento se nos ocurren los siguientes dislates que viviríamos.
1.- Actualmente España es receptora de fondos comunitarios, pues la
renta per capita está por debajo de la media Europea. Si Cataluña se
independizara, mantuviera su renta y, cosa improbable, siguiera en
Europa, entonces se produciría una divertida ironía: Cataluña se
convertiría en un Estado europeo aportador de fondos y España, con su
evidente bajada de renta per capita, se transformaría en mayor receptor
aún de los fondos europeos. Con otras palabras, Cataluña, vía europea,
tendría que subvencionar a España.
2.- Cataluña como Estado independiente dentro de Europa, mantendría el
euro y los tratados europeos respecto a fronteras, con lo cual
cualquier ciudadano español y catalán se encontrarían en la misma
situación que ahora.
La gran desventaja para Cataluña es que tendría que
improvisar los más de 100.000 acuerdos internacionales (sí, la cifra es
cierta) que tiene firmados España en todos los ámbitos políticos,
culturales, económicos, de seguridad, etc. Ello dejaría colapsado al
nuevo ejecutivo independentista unos cuantos decenios.
3.- Cataluña, como Estado de la Unión Europea, no podría quitarle la
nacionalidad española a los que desearan mantenerla (calculemos que unos
cuatro millones y medio de habitantes de Cataluña). Ello generaría un
problema muy importante, pues esa cantidad de gente se convertiría en
"españoles residentes en Cataluña".
Ante ello se generaría un enorme
problema de tributación. Aunque en la UE no hay una normativa al
respecto, lo más lógico es que se tendría que llegar a un "convenio de
doble tributación" (muy común entre países europeos). Con lo cual, los
"españoles residentes en Cataluña" tributarían la mitad de sus impuestos
en España y la otra mitad en Cataluña. Ello dejaría las arcas catalanas
algo vacías.
4.- Siendo Cataluña un Estado Europeo, no podría impedir que en su
territorio se abrieran "colegios españoles", tal y como ya existen el
Colegio alemán o el Liceo francés.
Ello implicaría que en la enseñanza
se podría impartir en castellano totalmente, incluso alguna asignatura
en inglés y/o catalán y estarían libres de los comisarios políticos de
la Generalidad y de sus diseños curriculares.
5.- La deuda pública del Estado español, más de 900.000 millones de
euros, debería ser reconocida en un 25% por el Estado catalán. Ante ello
la Unión Europea sería inflexible, pues buena parte de esa deuda se
debe a bancos europeos. Europa no permitiría que la independencia de
Cataluña, y la negación de la deuda que le corresponde, arruinara a sus
bancos.
6.- Los "españoles residentes en Cataluña" ya jubilados, seguirían
recibiendo sus pensiones por parte del Estado español. Lo que no está
tan claro es qué pasaría con los que renegaran de la nacionalidad
española, pues el nuevo Estado catalán carecería de "hucha" de
pensiones.
7.- Por fin, los empresarios catalanes podrían etiquetar en catalán
sin reparos ni opresiones. Sin embargo, lo más probable es que la
mayoría de sus productos (el 80% que se vende en España) los acabarían
etiquetando en castellano. E incluso, para evitar recelos, obviarían el
tan deseado "Made in Catalonia". Vamos, que la cosa seguiría como hasta
ahora.
8.- El nuevo Estado catalán tendría que ajustar su legislación a las
normativas europeas, con lo cual la legislación española y catalana
sería prácticamente igual. Respecto a la cuestión de fronteras, el
Estado español se vería muy liberado.
A todos los subsaharianos que
consiguieran saltar la valla de Ceuta o Melilla se les daría un billete
de tren destino a Barcelona (ventajas del espacio europeo), pues "ahí
son más ricos".
9.- Por cierto, la policía catalana tendría que acabar colaborando con
la española pues ambas pertenecerían a la Europol (Oficina Europea de
Policía). Como es poco probable que ambas policías dominen muy bien el
inglés, acabarían hablando en castellano entre ellos.
Cataluña tendría
que decidir si tendría o no un ejército propio. En este aspecto hay un
profundo disenso entre separatistas, los que están a favor y a los que
les va el pacifismo. Sea como sea, los servicios de inteligencia y
seguridad, saldrían muy caros y tardarían muchos años en ser algo
eficaces.
10.- Se recomienda ver los mapas de oleoductos y gaseoductos de España
y Europa, para darse cuenta de que Cataluña tendría que pagar muy caro
el gas, le viniera desde España o desde Europa. La crisis en Ucrania nos
ha llevado a extrapolar la situación estratégica de ese territorio y la
dependencia de los países que les proveen los oleoductos y gaseoductos.
En fin, dejemos por hoy que la imaginación aterrice y descanse. Son
tantos los escenarios que se nos ocurren que, si fuera independentista,
no podría cerrar un ojo para dormir esta noche." (Javier Barraycoa , Crónica Global, 19/04/2014)
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