"El cava catalán sufre todavía las consecuencias del boicot iniciado
en 2005, agravado ahora por el enrarecido clima creado por las
declaraciones políticas y las reacciones en contra de la independencia
por parte de empresas del sector afincadas en Cataluña. Esta situación, junto con la crisis económica, han hecho que la caída en 2013 sea del 0,77% respecto a 2012, hasta un total de 241,3 millones de botellas. (...)
El boicot al cava catalán tiene una consecuencia positiva para los productores del resto de España. En el área centro-Este se registra un consumo del 15,3%, en el área metropolitana de Madrid se llega al 6,9% frente al 22,9% del área de Barcelona.
Según
el informe del Consejo, la producción de cava de fuera de Cataluña pero
sin salir de España, se incrementó un 46% en 2012, mientras que en 2013
se modera el ritmo de subida, hasta un 18%. (...)
El rechazo a los productos catalanes y al cava en especial comenzó de hecho en 2004, cuando el entonces líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, pidió el boicot para Madrid de los Juegos Olímpicos de 2012 porque no permitían a Cataluña tener su propia selección de hockey.
Las declaraciones de Rovira tuvieron un efecto inmediato sobre el
consumo y provocaron un alud de protestas en las redes sociales y el
consiguiente efecto de rechazo contra una parte de los productos
catalanes." (Diálogo Libre, 30/03/2014)
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