"Mario Vargas Llosa, escritor y Premio Nobel de Literatura, en un discurso pronunciado este jueves, a la hora de recibir un premio de El Mundo: (...)
[...] Yo creo que el nacionalismo es una
de las grandes aberraciones de la historia, es un sobreviviente del
estatismo y del colectivismo, es una doctrina que atribuye la
importancia del individuo a su pertenencia a un colectivo, aberración
absurda que niega la libertad individual, que niega la posibilidad de un
ciudadano, de una ciudadana de elegir su propio destino y ser lo que
quiere ser mediante una conducta determinada.
Es una aberración que convierte el
pertenecer a una colectividad en un valor, en un valor cultural, en un
valor político, en un valor ético. Las peores desgracias que ha vivido
la humanidad en los tiempos modernos han sido el resultado de la ceguera
de la obtusa visión y la violencia que forman la esencia misma del
nacionalismo.
Por eso tenemos que combatir el nacionalismo sin complejos
de inferioridad, absolutamente convencidos de que el nacionalismo es la
negación de la civilización, de la democracia, de todas las
instituciones que han ido desbarbarizando la vida y humanizando al ser
humano.
Es verdad que hay nacionalistas pacíficos,
cultos, benignos y que parecen inofensivos. No nos engañemos, ésa es
una apariencia, ésa es una postura fugaz, momentánea; basta escarbar lo
que se esconde tras ella, y lo que se esconde tras ella es el prejuicio,
es en última instancia la discriminación, el encono, la violencia.(...)" (Crónica Global, 22/11/2013)
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