6/12/13

Ha llegado la hora de que Barcelona haga una declaración unilateral de independencia de Cataluña

"(...) Durante la pasada década, Barcelona ha pasado de ser una ciudad mediana y provinciana que había descubierto cómo venderse a sí misma, un lugar donde los inmigrantes era gente de Murcia y Andalucía y los únicos paquistaníes en las calles eran turistas británicos, a ser una ciudad europea moderna.

 Ha integrado una gama completa de colores de piel y una babel de lenguas, mientras continúa siendo sin complicaciones -y de hecho, de manera natural- bilingüe. La ciudad incluso puede presumir de una cocina internacional que se extiende desde los doner kebabs en un extremo, a los asadores argentinos y las exquisitas delicatessen japonesas en el otro.

Inevitablemente, no a todo el mundo le gustan estos cambios pero así es como es una ciudad moderna. Para su crédito, y dada la velocidad a la que han ocurrido los cambios, la ciudad se ha adaptado bien y ciertamente ha recibido con los brazos abiertos el vigoroso influjo de nuevas caras y nuevas culturas. Ha habido pocos conflictos y apenas casos de violencia, lo cual es algo que ni París ni Londres pueden decir de ellas mismas.

Dependiendo de dónde trazas la línea -los límites oficiales de la ciudad o lo que se conoce por la gran Barcelona- en la ciudad viven entre un tercio y dos tercios de la población de Cataluña. Los favorables a la independencia saben que si no pueden conquistar Barcelona y su periferia, su causa está perdida de antemano. Pero la ciudad se resiste a entregarse.

Por ello ha llegado la hora de que la ciudad realice una acción preventiva antes de que caiga, como Phnom Penh, frente a un ejército de payeses enfurecidos. Ha llegado la hora de que Barcelona haga una declaración unilateral de independencia de Cataluña.

 En lugar de ir atrás en el tiempo a los años de un sueño del siglo XVIII de un nuevo y resplandeciente Estado-nación, o peor, a un refugio medieval, ¿por qué no ir incluso más atrás, a la ciudad-Estado, y tomar a las antiguas Atenas y Roma como modelo? Después de todo, Barcelona es más antigua que Cataluña, igual que Roma antecede a Italia y Estambul, entonces Constantinopla, es mucho más antigua que Turquía. (...)

En lugar de la antigua Atenas, Barcelona podría transformarse en un Berlín mediterráneo, aunque sin el muro y sin las tensiones de la guerra fría; un oasis urbano pujante e independiente, libre de las banales riñas y acusaciones que pasan por cultura política tanto en España como en Cataluña. Como sucedió en Berlín, los mejores y los más brillantes, los más creativos e iconoclastas irían en multitud a la ciudad, cuyos límites podrían extenderse para incluir a nuestros hermanos y hermanas multiétnicos de Hospitalet, Besós o Cornellà.

En un tiempo en el que el 78% de la gente en el mundo desarrollado vive en ciudades, el Estado-nación es un anacronismo. Declarar Barcelona independiente sería un paso adelante, un paso al futuro en lugar de quedar encadenados al pasado. El futuro es urbano y las ciudades están, de forma creciente, desarrollando identidades separadas, distintas de los estados de los que constitucionalmente forman parte.

 Hay un mundo de diferencia entre Nueva York y Estados Unidos, entre Londres e Inglaterra o entre Sydney y Australia. Lo mismo es cierto respecto a Barcelona y la Cataluña rural, y todo el mundo lo sabe. (...)"         (Stephen Burgen, Crónica Global, Sábado, 30 de noviembre de 2013)  

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