"Hace cuestión de unos días, en mi escuela de toda la vida surgió la
idea de colgar la bandera catalana en la fachada del edificio. A un
iluminado se le ocurrió colgar una encuesta en las redes sociales sobre
ello. No pasaron ni cinco minutos, como era de esperar, antes que el
debate estallara.
Lo importante del asunto, sin embargo, no está en el hecho de que se
hiciera una encuesta democráticamente sobre algo que nos afecta, sino en
lo que se llegó a decir aquel día. Compañeros con los que había
convivido desde los tres años invitaron formalmente a un alumno a
abandonar nuestra escuela si no se sentía identificado con sus ideales
catalanistas, sólo porque este defendía que la escuela tenía que ser
neutra y no debía posicionarse políticamente.
La palabra fascismo, que protagoniza el título de esta carta, surgió
más de una vez en el debate. Alumnos catalanistas tachando de fascistas a
sus compañeros de la infancia por no apoyar el catalanismo y la
independencia catalana.
Yo me pregunto, ¿hasta dónde vamos a llegar? Si no detenemos esto,
llegará el día en que nuestros hijos tendrán que estudiar en sus libros
de Historia la historia del fascismo catalán.— Pedro Reyero Santiago." (
Pedro Reyero Santiago
, El País, Barcelona
12 NOV 2013 )
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