"Juan Marsé, escritor, este domingo, en una entrevista publicada en El País:
Entre el embuste en diferido de Cospedal y el paso largo y la vista corta de Artur Mas, ¿con qué se queda?
El embuste de Cospedal es una aportación a
la filosofía marxista, vertiente Groucho, notable. Pero considero que
la zancada soberanista de Mas y su ceguera merece más atención: ahí nos
la jugamos. Lo peor para Cataluña no sería la hostia que el president se puede pegar, sino el desgarro social que provoca.
¿Sobreviviremos?
Por supuesto. Hemos sobrevivido al franquismo y a la aznaridad, así que estamos curados de espanto.
¿Independencia para Cataluña?
Permítame ante todo una declaración de
principios. Yo no milito bajo ninguna bandera ni bajo ninguna ideología,
y no siento el menor respeto hacia la mayoría de políticos que nos
gobiernan.
Veo que se lanza.
Hace ya mucho tiempo que los envié a todos
a hacer puñetas, a unos por falta de coraje, la izquierda, los míos, a
otros porque Dios les hizo así de cabrones, me refiero a los de la
derecha, los de su Eminencia Reverendísima. ¿Cataluña independiente con
este panorama? Yo no dejo de recibir agravios tanto de Rajoy como de
Mas, así que me da igual que me jodan desde Cataluña o desde España.
¿Podríamos hacer un esfuerzo y sacar algo en positivo?
Sé, positivamente, que esta gente me va a
fastidiar, que tanto unos como otros limitan mis derechos y mis
libertades, que estamos ante un retroceso histórico sin precedentes, que
las políticas económicas de la UE están haciendo más pobres a los
pobres, sé que vuelven las sotanas en las escuelas, sé que el ministro
Wert, ese Wertiginoso Educador me ofende, ofende mi inteligencia, en
fin, sé, positivamente, por responder a su pregunta, que ambos me
joderán. Inútil dilema. Es como cambiar de tumbona la noche del Titanic.
¿Y si nos independizamos todos de este diálogo de sordos?
De acuerdo. No soy nacionalista, no
comparto ese sentimiento identitario tan ilusionante y montonero. Creo
que los de la España eterna y los sufridos de la Cataluña
ochocentista-victimista se cuecen en la misma olla podrida. Además, dudo
que sean mayoría.
¿Independencia para Barcelona?
Mire usted, yo, la verdad, habría
preferido nacer en otra época, en otro país, con ojos azules y un
hoyuelo en la barbilla. Pero Barcelona está bien como está y yo me
siento a gusto. La ciudad ha sido, es y debería seguir siendo, un lugar
de acogida [...]." (Crónica Global, 03/11/2013)
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