17/7/13

El Libro Negro de ETA serviría para establecer la verdad histórica, recuperar la memoria de sus víctimas y el balance de la devastación material y moral vasca

"El Libro Negro de ETA, ese libro en el que se ha de establecer la verdad histórica de esta organización terrorista, con lo que se recuperará la memoria de sus víctimas y el balance de su ominosa trayectoria de devastación material y moral, no ha sido aún escrito. 

Y tal vez no lo sea en el futuro inmediato, mientras subsista la cobardía política para enfrentarse a los albaceas del MLNV y se busque el cambalache para no hacer ruido, para poner en sordina lo que queda por descubrir, para seguir actuando como si nada hubiera pasado mientras la violencia física siga en suspenso y la violencia simbólica no sobrepase la elevada cota de su definición penal.

 Sin embargo, ese libro es imprescindible para que, como dijo una vez el sacerdote jesuita e historiador francés Michel de Certeau, podamos “mortajar a los muertos y que regresen menos tristes a sus tumbas”; para, en definitiva, cerrar el ciclo terrorista que, durante más de medio siglo, ha atenazado a la sociedad vasca y española.

En ese Libro Negro habrá, sin duda, muchos capítulos; y entre ellos estarán los tres a los que, después de haberlo hecho la última semana en los cursos de verano de El Escorial, me refiero a continuación. El primero alude a las víctimas de ETA.   (...)

Es tarea del Gobierno clarificar definitivamente todo esto, aunque sólo sea para cumplir con el mínimo deber de justicia que la sociedad debe a las víctimas de ETA recordando su nombre.

 En total, el Libro Negro de ETA tendría que contener un apéndice con la nómina de las más de 37.650 víctimas directas de esta organización terrorista. Unas víctimas que, sólo en el País Vasco, según revela la investigación sociológica del equipo del Euskobarómetro que lidera Francisco Llera, estuvieron rodeadas de unos 130.000 familiares y amigos, además de otros 250.000 conocidos dentro de un círculo menos íntimo. 

Añadamos a los anteriores los que han vivido amenazados y los que, para soslayar esa intimidación, se exiliaron, y llegaremos a cuantificar lo que Antonio Beristain conceptualizó como macrovíctimas del terrorismo en no menos de 583.000 personas. (...)

En el Libro Negro de ETA deberá dedicarse también un capítulo a la depredación de recursos de la que se han alimentado tanto ETA como el entramado de entidades adheridas a ella dentro del MLNV. 

Una depredación que comprende múltiples fuentes de dinero, como el saqueo, la extorsión, los tráficos ilícitos, los rendimientos mercantiles en negocios de apariencia legal y, de manera notoria, la obtención de subvenciones a través de la representación política y del poder de negociación y gestión que ésta ha proporcionado a los partidos de ETA.

...como señaló en una ocasión Américo Castro, el futuro “depende menos de esperanzas y mesiánicos anhelos que de las sumas y las restas realizadas sobre los haberes del pasado”. Por ello, si hemos de afrontar la construcción de un futuro sin terrorismo, más nos vale tener en cuenta estos haberes. Tal es el papel que se reserva al Libro Negro de ETA."             (LIBERTAD DIGITAL 09/07/13, MIKEL BUESA, en Fundación para la Libertad)  

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