14/6/13

Lo único que podría salvar a Messi sería que la declaración de independencia de Cataluña no se demorara mucho.

"(...) Pero sobre todo porque se trata de Messi y no de Mas o Pujol. Estos últimos, por muy presidentes de la Generalitat que sean o hayan sido, no dejan de representar, al cabo, intereses partidistas, mientras que el primero, en tanto que icono del Barça, encarna, a estas alturas, la transversalidad misma del catalanismo. 

Su figura está por encima del bien y del mal. O debería estarlo. La simple posibilidad de que nos hallemos ante un tramposo produce escalofríos en el nervio de la nación. Y ni siquiera sirve de consuelo atribuirle la fechoría al padre o pensar que, en definitiva, si Messi ha obrado así, los Ronaldo y compañía habrán hecho otro tanto.

 No, no nos engañemos. Ni el desconocimiento del delito ni su generalización entre la casta futbolística constituyen eximente alguna. Lo único que podría salvar a Messi, en las presentes circunstancias, sería que la declaración de independencia no se demorara mucho.

 En un Estado catalán, ¿a quién le iban a importar las deudas contraídas anteriormente con España por el ídolo de la nación? Al contrario, hasta serían celebradas como el mejor de los regates."   (Xavier Pericay, 14/06/2013)

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