"A raíz de la aprobación por las autonómicas Cortes de Aragón de una Ley de lenguas se ha generado en Cataluña una especie de incomprensión lingüística
o de dignidad herida por nacionalistas de cierto relieve social que en
sus artículos se lamentan e indignan porque a dichas hablas, de génesis
cercanas al catalán, no se les ha nombrado -o han rechazado esta
denominación- como lengua catalana, o variantes de esta.
La polémica no ha tenido en cuenta la denominación que los hablantes
dan a sus hablas. En Aragón, jamás sus usuarios las han denominado
catalán, sino fabla y chapurrear. (...)
El rechazo de la mayoría de los diputados autonómicos de Aragón a
denominar catalán o dialectos del catalán a sus hablas es una cuestión
política. El Estatuto de Autonomía de Cataluña vigente señala que el
catalán es la lengua propia de Cataluña y la singulariza como pueblo.
Es
decir que los catalanes son catalanes -pertenecen al pueblo catalán-
porque hablan catalán. Los aragoneses no son catalanes, por lo tanto no
hablan la misma lengua y no pueden nombrarla de la misma manera,
y además no pertenecen al mismo pueblo.
La lengua catalana no es propia
del pueblo de Aragón y sería impropio y de mal gusto tener la osadía de
considerar al pueblo aragonés como pueblo catalán, aunque en la Edad
Media, en el Reino de Aragón, la Corona de Aragón, estuviesen englobados
unos condados dispersos, hoy Cataluña, que se singularizan -si hablan
catalán- como pueblo catalán.
El supuesto razonamiento de la mayoría de los diputados autonómicos
de Aragón es muy claro: si en Cataluña impera un nacionalismo
inmisericorde hasta tal punto de que se trabaja por su independencia,
alegando entre otras cosas la lengua catalana (una misma lengua, un
mismo pueblo, una misma nación), si aceptamos que partes de Aragón
hablan la misma lengua (el catalán) y la denominamos de la misma forma,
cualquier día nos reclaman esas zonas y pasan a pertenecer a la nación
catalana.
¡Que digo nación! ¡Imperio catalán! Se extenderá por la
Comunidad Valenciana, las Islas Baleares y el Alguer (Italia); y si me
apuran hasta por parte de Francia. Todo nacionalismo es expansionista.
Las autonómicas Cortes de Aragón han considerado inapropiado el nombre de catalán para sus lenguas locales.
Saludan efusivamente al pueblo catalán desde lejos y establecen unos
límites políticos/lingüísticos.
Han decidido, en uso de sus
competencias, denominar al popular chapurrear ‘lengua aragonesa propia
del área oriental de la Comunidad Autónoma’, y al aragonés como ‘lengua
aragonesa propia de las áreas pirenaica y prepirenaica de la Comunidad
Autónoma’. (lavozdebarcelona.com, 18/05/2013)
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