"El periodista y escritor Javier Montilla (Barcelona, 1977) publica su libro más valiente y comprometido, ‘Los muros de Cataluña’ (Editorial Anaya) (...)
¿Qué muros hay en Cataluña?
(...) En la sociedad catalana existe el miedo, la censura y la autocensura
-que a veces es mucho peor- y sobre todo hay unos medios de comunicación
absolutamente subvencionados, en los que cualquier caso de corrupción o
intento de salirse de la ortodoxia nacionalista se tapa y se silencia.
En Cataluña también existe una sociedad civil que no es que esté sólo
organizada, sino también subvencionada, que actúan como verdaderos
mamandurrios y paniaguados de la ortodoxia nacionalista. Esos son los
verdaderos adalides de Cataluña que convierte la vida de los catalanes
en algo inhóspito.
¿Qué diferencia hay entre Cataluña y otras comunidades autónomas en lo que respecta al nacionalismo?
-. Para empezar, la televisión. Lo que diferencia a TV3 del resto de
televisiones autonómicas es que TVE o Canal Sur son partidistas,
dependen del gobierno de turno, pero en Cataluña además es ideológica.
Gobierne quien gobierne se va a adoctrinar en el único credo posible
para algunos: el nacionalismo. Además, por supuesto, existen las
subvenciones como en cualquier lugar de España, pero en Cataluña son
subvenciones identitarias.
-. ¿Son conscientes los catalanes de esa falta de libertad que denuncia? (...)
Se ha creído las bondades de la Cataluña independiente y se ha convertido en una sociedad absolutamente acrítica, en la que quien se atreve a disentir del dogma oficial está muerto, no existe, se convierte en una especie de zombi.
-. En su caso particular, ¿cómo sufre el nacionalismo en sus carnes?
-. Como periodista, es evidente que no puedo escribir en ningún medio oficial. E incluso te llaman para hacer de sparring
o para utilizarte como diana de sus delirios en algunas tertulias que
cuando no son monocolor son cinco contra uno. Pero no sólo lo sufro como
periodista, sino también como ciudadano de a pie, ya que no puedo
ejercer mis libertades. (...)
Por un lado está la inmersión lingüística, que es detestable, pero mucho
peor es el adoctrinamiento que se da en las aulas. Y pongo tres ejemplo
reales: en un libro de Geografía se puede leer que el Ebro es un río
catalán y en uno de Historia que la guerra del 1714 era una guerra entre
Cataluña y España, o que el derecho a decidir es el derecho que tiene
cualquier pueblo.
¿Cómo están afectando los últimos casos de corrupción en los que están implicados miembros de CiU a sus objetivos separatistas?
-. Yo creo que una de las razones por las que Mas ha emprendido este
camino hacia la independencia es para tapar las vergüenzas de una
sociedad catalana corrompida hasta el tuétano. Aquí se ha dado un
intercambio de cromos entre los diferentes partidos que se ha destapado a
raíz de las escuchas de Método 3.
Lo que algunos pretenden con la
independencia es tener a la justicia a su servicio para salir impunes.
Se pretende tapar con una gran estelada toda la corrupción que hay
detrás, pero ya no queda tela para tapar tanta mezquindad y tanta
corrupción.
-. La última sentencia del TSJC que obliga a introducir el
castellano en la clase del alumno que lo pida ha vuelto a traer a escena
el asunto de la inmersión. La consejera de Educación dice que no
cumplirá el auto y que todo seguirá igual… (...)
El problema de la inmersión es que no dejan que quien quiera pueda estudiar en la lengua común de todos los españoles y en la lengua materna del 55 por ciento de los catalanes. Yo le aconsejaría a Rigau qué preguntara a los hijos de Artur Mas y de José Montilla cómo se puede introducir tres lenguas en las aulas, ellos que han ido a elitistas escuelas privadas al alcance de muy pocos bolsillos en las que catalán, español, inglés, francés y alemán son lenguas vehiculares.
Estos son los
mandamases que quieren utilizar la lengua como instrumento político
para ser los verdaderos amos de los siervos de la gleba, que son el
resto de catalanes que no nos podemos permitir este tipo de escuelas y
que abogamos por una escuela pública trilingüe, con catalán, español e
inglés. (...)
¿Cree que esta situación está sirviendo para que la Cataluña
silenciosa, la que quiere que Cataluña siga perteneciendo a España, se
haya hecho oír?
-. El 12 de octubre de 2012 fue un punto de inflexión muy importante.
Por primera vez una Cataluña que no pone banderas en los balcones ni
está subvencionada, pero existe y está ahí, perdió el miedo y salió a la
calle. El éxito electoral de Ciudadanos, con sus 280.000 votos, fue muy
importante y sumados a los del PP son más de un millón de personas que
nos sentimos muy orgullosos de ser catalanes y españoles.
Esa Cataluña
cada vez va a tener que hacerse oír más porque no sólo nos estamos
jugando la independencia y que nos pongan un inmenso muro entre Cataluña
y España, sino que aquí está en juego la libertad.
Nos jugamos que se
deje de ver a los partidarios de la independencia como buen catalán y a los que están en contra como mal catalán. Por los menos algo hemos avanzando, hemos pasado de ser calificados como fachas a malos catalanes." (La voz libre, 24/04/2013)
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