"El debate de la independencia, al lado de todo de lo que hemos estado hablando...
–Evidentemente representa una explosión de malestar e indignación que buena parte de la gente canaliza contra un mal gobierno, y como el Gobierno es de Madrid, piensa: «Separémonos, que no iremos tan mal». Es el más grande reconocimiento a ese malestar y a que la gente tiene el derecho a decidir.
–Evidentemente representa una explosión de malestar e indignación que buena parte de la gente canaliza contra un mal gobierno, y como el Gobierno es de Madrid, piensa: «Separémonos, que no iremos tan mal». Es el más grande reconocimiento a ese malestar y a que la gente tiene el derecho a decidir.
Lo que es penoso e inmoral es que haya políticos que para
conseguir sus fines engañen a la gente cuando realmente saben que este
camino es inviable y no lo pueden seguir.
Suponga usted que,
efectivamente, hacemos un referendo y que da mayoría. Entonces, ¿qué
hacemos? En un coloquio me contestaron «vayamos a Europa».
Sí, donde hay
una ventanilla que dice «demandas de creación de nuevos estados», y les
llevamos el resultado del referendo... Normalmente ninguna
independencia se consigue sin una guerra de la independencia. La
separación de Chequia y Eslovaquia fue un hecho anormal que no tiene
nada que ver.
Las independencias de Yugoslavia se consiguieron con mucha
sangre y con apoyo militar extranjero. Pensar que hay un plan viable y
realizable que pasa por la celebración de un referendo y posteriormente
negociar una separación, hoy día, es una fantasía chinesca." (Entrevista al historiador Josep Fontana, Ernest Alós, El Periódico, Rebelión, 04/03/2013)
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