"En la política catalana, y no sólo entre las fuerzas políticas
nacionalistas, está muy extendido el uso de “Madrid” (con pronunciada t
final en ocasiones) para referirse no a la ciudad resistente, a la tan
cercana y fraternal ciudad antifranquista, no a su ciudadanía organizada
en cien mareas resistentes, sino para hablar del gobierno central o de
las instituciones centrales del Estado.
En general, la idea asociada es
simple: la culpa de todo o de casi todo, sobre todo de los grandes
temas, la tiene “Madrid” (o “España” con connotaciones netamente
negativas).
Frente a la barbarie centralista, aquí, en Catalunya, el
gobierno de la Generalitat hace lo que puede, incluso algo más de lo que
puede y le dejan, y en la mayor parte de las ocasiones y temáticas lo
hace con justicia, corrección, equilibrio, seny y fuerte y nunca
marginado humanismo social. ¿Es así? De debò? Veamos.
Dos cargos
de la policía autonómica catalana, un sargento y un cabo, recordaba un
editorial del diario global-imperial [1], han sido llamados a declarar
como imputados. El caso remite a una “actuación” de los Mossos en la que
(presuntamente, siempre presuntamente) perdió su ojo derecho Nicola
Tanno (además de sufrir fracturas en los huesos de la cara y un hematoma
cerebral).
Fue en julio de 2010, “durante las celebraciones por la
victoria de la selección española de fútbol”, en el número 347 de Gran
Vía. Hace casi tres años de ello. Desde entonces, la investigación
judicial “no ha podido lograr aún que los mandos policiales
identificaran a los agentes que pudieron disparar las bolas de goma”.
¡En 32 meses! (...)
No es el anterior el único caso que puede citarse. Esta policía recuerda
sin exagerar un quark, en algunos de sus vértices y actuaciones, a la
vieja policía, a la policía de casi siempre. El aire de familia es más
que manifiesto
En el caso de Ester Quintana -la ciudadana que también
perdió un ojo en la manifestación celebrada en Barcelona el 14 de
noviembre de 2012, el día de la última huelga general-, los mandos de la
policía autónoma han cambiado hasta cuatro veces su versión de los
hechos. (...)
¿”Madrid” tiene la culpa de todo esto? ¿”Madrid” tiene algo que ver
con las actuaciones semifascistas de los Mossos catalanes, molt
catalans, y de las mentiras e ignominias de sus mandos? ¿”Madrid” es la
explicación? Parece que no.
Pero en los recortes, se dirá, como
se está diciendo ahora por boca y estudiado argumentario de los
dirigentes de ERC (la fuerza independentista, con la E y la R
disminuidas, que apoya al gobierno en una zona sombreada), es “Madrid”,
es “España”, quien tiene la culpa.
La porra y los porrazos son otra
cosa; aquí sí hay alguna responsabilidad propia.
De hecho, la
vicepresidente del gobierno catalán, la
señora-inventora-de-curriculums-Joana-Ortega, la del partido corrupto,
ha afirmado que el gobierno catalán, su humanista gobierno, el que
afirma que la salud no es un derecho ciudadano y se ríe de los
jornaleros andaluces en paro, no está dispuesto a imponer (¿a seguir
imponiendo?)
Los de “Madrid”, ellos en exclusiva ha añadido, son unos
bárbaros y por aquí no pasarán.
Sin quitar responsabilidades
del gobierno central, lejos de mi este cáliz y esta absurdidad,
¿”Madrid” es el único nudo que cuenta de esta inmensa estafa? Pues no lo
parece ¿No han sido “los de aquí” la vanguardia destacada en este
intento de liquidación, derribo y estafa ciudadana-popular?
¿Desconocemos los recortes de CatSalut, las tropelías de corrupción que
hay en su seno? ¿Nos olvidamos de las declaraciones del doctor Boi Ruiz,
el abominable e insoportable Atila neoliberal, sobre salud, derechos e
intereses? ¿Y el impuesto de un euro decidido por don Mas-Colell el
señor catedrático de Harvard, luego desechado por “Madrid” por invasión
de competencias, como única y urgente solución de la sanidad pública
catalana?
¿Y la infamia de los recortes y controles autoritarios en la
renta mínima de inserción? ¿Y los despidos laborales y hachazos en
educación? ¿Y la disminución del salario de los trabajadores públicos y
la agresión a sus condiciones laborales? Y así siguiendo y siguiendo.
¿Dónde se ubica ”Madrid” en este atropello? A otros con este cuento.
La barbarie, la estafa, las mentiras, tienen en muchas ocasiones un
nombre más cercano directamente responsable de la situación sin excusas
ni pobre liturgia nacionalista: el gobierno de la Generalitat, y las
fuerzas sociales que lo apoyan y jalean entusiastas, y, por supuesto,
los intereses “nacionales” y no nacionales que lo alientan, extreman y
estimulan." (Salvador López Arnal, Rebelión, 07/02/2013)
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