"Y en esas está nuestra querida Cataluña, con su fet diferencial
también en el sindicalismo. Si repasamos las imágenes de las
manifestaciones en Europa vemos banderas con los emblemas de los
distintos sindicatos, banderas generalmente rojas. Aquí, no. Aquí se
rodea a los líderes sindicales de senyeres, de tal guisa que parecen mítings de CiU de antes del 11S.
Sinceramente, si viera en Madrid a CCOO o UGT llevando sus siglas en una bandera española pensaría que ha vuelto el sindicato vertical, pero ¿cómo podría osar alguien pensar eso en nuestra querida Cataluña? ¿Complicidad con el Gobierno autonómico? ¿Complicidad con CiU? Per Déu, com es poden dir aquestes bestieses.
Es
cierto que cuando estos sindicatos sacan sus banderas en los polígonos
del Vallés son de fondo rojo o blanco, mucho más propias del
sindicalismo de clase, el único sindicalismo que debería existir.
De lo que no hay duda es que las cúpulas sindicales catalanas, con su sindicalisme de nació, han contribuido notablemente a que todos veamos el camino por el que se fortalecerá el Estado del bienestar y mejorará la renta de todos en nuestra querida Cataluña: el dret a decidir.
Como suelo ser positivo por naturaleza veo con optimismo las opciones y realidades que nos puede aportar el dret a decidir.
Nos dice Artur Mas que entre Cataluña y España percibe diferencias y
hartazgo. Yo percibo lo mismo dentro de Cataluña, percibo dos bloques de difícil encaje.
Por
un lado, los que entienden que ha llegado el momento de liberarse del
yugo español y, por otro, los que ven que el catalanismo sólo cuenta con
ellos para ponerles el yugo y que realicen bien su sempiterno (y nunca
admitido) papel de burros de carga.
Afortunadamente, igual que España puede ser dividida, Cataluña
también. Arranca el momento en el que los segundos marquen su territorio
y en él establezcan las normas que nos lleven a una perceptible y progresiva reducción de la desigualdad." (lavozdebarcelona.com, 29/11/2012)
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