"De entre todas las alternativas, la más valiente y ventajosa, según
mi humilde opinión, sería la inclusión del derecho de autodeterminación
en la Constitución, y ello a pesar de los múltiples inconvenientes que
se asocian a este tipo de consultas populares.
Siempre y cuando se
cumplan una serie de condiciones, que van desde el reparto equitativo de
la deuda (si triunfa) a la imposibilidad de celebrar un nuevo
referéndum durante un largo periodo de tiempo (si fracasa), este
ejercicio de pragmatismo típicamente inglés ayudaría a dar respuesta
tanto a los ciudadanos que desean mayor simetría, estabilidad y
eficiencia al modelo territorial, como a los que reclaman el derecho a
la autodeterminación.
Por un lado, los independentistas gozarían de la
tranquilidad de saber que su pertenencia es voluntaria y que los
agravios fiscales acarrearían consecuencias en los referéndums de
autodeterminación.
Por el otro, la existencia de una opción de salida
dotaría a los "simétricos" de la legitimidad democrática para crear un
modelo territorial cuya agenda no estuviera marcada por el miedo a los
separatismos.
Es decir, se trataría de sustituir el peaje del "café para
todos", cuyo único mérito ha sido mantener "la indisoluble unidad de la
Nación española", por el del derecho de autodeterminación, que serviría
para que la sociedad española decidiese, sin presiones ni inercias
perversas, su modelo territorial preferido.
Y a los que se han subido recientemente al tren del federalismo, el
poder hacerlo por principio pero no para apagar el fuego del
secesionismo.
En primer lugar, porque repetiríamos el mismo error de los
últimos 30 años: transformar nuestro modelo territorial en función de
cómo respiran nuestros ciudadanos más disgustados.
En segundo lugar,
porque nuestro estado autonómico es de facto federal y no ha
servido para solucionar la cuestión catalana. Y no hemos llegado tarde,
es que nunca quisimos hablar el mismo idioma. Mientras que aquí
debatíamos si queríamos más o menos federalismo, allí se reclamaba el
derecho a decidir.
Algunos os preguntaréis qué pasaría si el referéndum por la
independencia triunfara. Pues bien, significaría adelantar lo
inevitable, crear un nuevo modelo territorial más equilibrado y evitar
el enquistamiento del conflicto." (
Alfonso Echazarra , El País,21 NOV 2012)
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