"Antonio Robles: Llevo más de media vida en Cataluña y he visto cómo el deporte, la
lengua, la cultura o cualquier otro evento social, han sido politizados
hasta la náusea. Viene de lejos. En 1981 llenaron el Camp Nou para
cerrarles la boca a todos los ciudadanos de Cataluña que habían firmado
el Manifiesto por la igualdad de los derechos lingüísticos de Cataluña.
El fútbol, el Barça, al servicio del grito, “som una nació”. Servía para politizar la lengua a través del deporte
y, a la vez, para despreciar los derechos individuales de los
ciudadanos. Sin embargo, ya por entonces Pujol denunció a los firmantes
de politizar la lengua. El cinismo del verdugo que pretende pasar por
víctima.
Desde entonces hasta hoy el mismo fascismo postmoderno; ellos pueden
quemar banderas españolas, despreciar el himno nacional, difundir que
España nos roba, acusar al Estado de expolio fiscal, hacer un referéndum
ilegal por la independencia camuflado tras una consulta popular,
amenazar con instituir una hacienda propia, llenar estadios con
banderas, gritos e insultos contra España, votar la insumisión a las
sentencias de los tribunales para seguir prohibiendo el español como
lengua docente, y siempre mezclarlo todo con eventos deportivos y culturales,
donde el Barça es más que un club.
A pesar de todo esto y más, tienen
la barra de acusar a otros de politizar la final de fútbol de mañana
[por este viernes] entre el Athletic y el Barça, cuando fueron los
propios diputados nacionalistas quienes primero llamaron a silbar al
himno nacional desde las escalinatas del Congreso y convertir el estadio
en clamor contra España.
No quiero ni pensar lo que pasaría si en
Cataluña, en cualquier estadio, manifestación, acto cultural, etc. se
pitara Els Segadors y se insultara a Cataluña…
[...] En Cataluña la ultraderecha se deriva del totalitarismo nacionalista,
porque no otra cosa es la limpieza lingüística, el sectarismo contra
cualquier manifestación cultural o política españolas, el rechazo a los
símbolos constitucionales, la insumisión a las sentencias de los
tribunales, las amenazas y los chantajes contra la legalidad
democrática, o el acoso moral contra todos los que no claudiquen ante la
religión nacionalista subvencionada…" (Comunidad El País, 26/05/2012)
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