Este es el texto. Las circunstancias son bien conocidas. Cercas es el autor de Anatomía de un instante, un libro sobre la transición española, centrado en el intento de golpe de Estado de 1981, que ha recibido el último Premio Nacional de Narrativa. Y muchos elogios críticos. Y mucha demanda de lectores.
Este hombre, novelista, y esta circunstancia, la de pasar por un experto en la transición política, pide para los etarras la amnistía que se concedió a los franquistas. De los comunicados de las Asociaciones de Víctimas, que exigen el arrepentimiento a los terroristas como condición para sacarlos de la cárcel, nuestro experto opina que se trata de una exigencia inaplicable.
La reinserción de los etarras no necesita, a su juicio, más condición que el abandono del crimen. El olvido.
El problema, sin embargo, es que ya olvidamos. Entre 1976 y 1978 la democracia española excarceló o permitió la vuelta del exilio de casi mil militantes de ETA. Al igual que los franquistas no tuvieron que abjurar de su pasado. Es más, no tuvieron ni que disolverse.
¡Quia disolverse, parezco un Cercas! Es que ni arrepentirse: ni en lo íntimo ni en lo éxtimo. Tan poco en lo éxtimo que varios de ellos, nada más salir de la cárcel, volvieron al viejo trabajo con afición renovada, confiados en que años después les harían la auténtica justicia.
Al proceder al vacío exhaustivo de terroristas de las cárceles (salvo, por cierto, los de extrema derecha) los demócratas de la transición lanzaban un mensaje firme e inequívoco a los terroristas. Vuestra lucha estaba justificada, tenía sentido y no hay por qué condenarla ni arrepentirse de ella.
Es decir, el mismo mensaje que Cercas envía a los terroristas, treinta años de democracia (y cientos de muertos) después. Un mensaje del que se hacía eco paradójico uno de aquellos excarcelados de entonces, Teo Uriarte, cuando comentaba en sus memorias la actitud del diputado Letamendia «nuestro diputado», dice, «que votó en contra, siguiendo posiblemente las tesis de los milis.
Ninguna propuesta del poder podía ser buena, la democracia no era la auténtica democracia y la amnistía no era la auténtica amnistía.»
Los milis. Degradado, pero aún queda uno." (Blog de Arcadi Espada, 25/01/2011)
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