24/10/14

El “España nos roba” funcionó hasta que se dieron cuenta de que provocaba rechazo en el resto de Europa

"(...) Pero el kairos del independentismo no llegó hasta que estalló la crisis económica. Era el momento adecuado y el tiempo preciso para dar un salto cualitativo. El nacionalismo abandonó su discurso herderiano y esencialista, y apostó por un relato mucho más persuasivo. La lengua y la historia pasaron a un segundo plano. 

La socialización de la causa independentista exigía una estrategia más eficaz, aunque fuera ruin e inmoral. Así se inició la campaña del agravio fiscal y del “España nos roba”, que tan hondo ha calado. Este marco discursivo funcionó hasta que sus promotores se dieron cuenta de que provocaba rechazo en el resto de Europa. La mezquindad era demasiado descarada.

Los independentistas han dibujado entonces dos nuevos frames, que se han desplegado en paralelo. Por un lado, los estrategas nacionalistas han decidido centrar el debate en la apelación constante a la legitimidad democrática. La palabra democracia se repite como un mantra que derriba con maniquea rapidez otros argumentos más rigurosos, pero menos pirotécnicos.

El ‘marco’ de la democracia cabe en 140 caracteres. En cambio, la argumentación de por qué el principio democrático no justifica ni ampara cualquier cosa no cabe en un canutazo televisivo.  (...)

 La apelación a la democracia va acompañada de otro marco, bien construido por ERC. La independencia se presenta como la oportunidad de construir un país nuevo. Un nuevo Estado para diseñar un nuevo futuro. La independencia permite un nuevo comienzo. Es la solución drástica a la quiebra del sistema. (...)"          (Antropología del soberanismo, de Fernando Sánchez Costa en El Confidencial, en Caffe Reggio, 24/10/2014)

No hay comentarios: