28/7/10

"Montse Lezaun es sorprendentemente serena, fuerte y optimista. Nunca hubiera podido imaginar la suerte que le esperaba cuando salió de su querida Pamplona -en la que nació, se crió, tiene a su familia y a la que vuelve muy a menudo- para vivir en Mallorca. Casada con Antonio Salvá, prestigioso urólogo mallorquín, ha tenido siete hijos, que tienen entre 29 y 16 años, cuatro chicos y tres chicas. Diego, guardia civil de profesión, era el segundo.

ETA lo asesinó con una bomba lapa junto a su compañero Carlos Sainz de Tejada. Fue el último asesinato premeditado de ETA cometido en España. Este viernes se cumple un año. Para Diego era su primer día de trabajo después de haber pasado cuatro meses ingresado debido a un accidente de moto.

Montse toma la palabra sin preguntas de por medio. «El otro día estuve viendo imágenes por televisión del busto en bronce que han hecho en homenaje a Miguel Ángel Blanco, allí en Ermua. Aquello sí que fue un golpe grande para todos», dice.

- Pero el de su hijo también lo fue.

- Sí, pero el de Miguel Ángel Blanco no fue un atentado más. Fueron a por una persona en concreto. Lo de mi hijo fue una casualidad. No iban a por él sino a por cualquiera que cogiera ese vehículo, y lo que es peor todavía, para atentar contra cualquiera de las personas que pudieran pasar por ese lugar en ese momento. Aquello pudo haber sido una masacre porque la central de Correos queda junto al cuartel.

Me pongo en el lugar de la madre de Miguel Ángel Blanco y se me encoge el alma. Sé que el resultado es el mismo. A las dos nos falta el hijo. Desde que mi hijo ya no está, me pongo en el lugar de madres y pienso en ellas, en lo mucho que estarán sufriendo. Si yo, sin haberle visto sufrir, estoy pasando lo que estoy pasando, ni me hago a la idea de lo que pueden estar sufriendo otras muchas madres.


- ¿Cuál es el estado de ánimo de su familia un año después?

- Estamos bien, serenos y tranquilos. A menudo se dan situaciones que nos recuerdan a Diego, pero en general estamos bastante serenos.

- ¿Y qué le hace mantener esa serenidad y esa vitalidad con la que se expresa?

- Muchas cosas no son espontáneas en mí, pero hay situaciones en las que hay que tomar la decisión racional de mantenerte erguida y firme porque la misión que tengo no se ha acabado con la muerte de Diego. Mi misión, al tener más hijos, es tirar de ellos. Hay que tirar hacia delante. Una no puede quedarse metida en un cuarto, llorando, amargando la vida a otros.

- ¿Se considera usted una madre coraje?

- Ni mucho menos.

- (Hace una pausa)

- Los demás tienen que ver en mí una referencia. Yo como buena pamplonica me he estado levantando todos los días a las ocho de la mañana para ver el encierro por televisión. A diario he pensado en esos corredores que preparan su carrera con mimo para que esos toros no les cojan. Llevado este ejemplo a nuestro caso, creo que la vida, si nos coge, por lo menos que nos coja de pie. La vida no te puede coger parada, con la ropa del encierro sucia, sin preparar. Una madre tiene que estar por lo menos de pie. Luego la vida te empuja, pero hay que ser capaz de levantarse.

- ¿Y a usted quién le da fuerzas para mantener ese espíritu?

- Cuento con un marido excepcional, mis hijos por supuesto, y luego la fe me ayuda mucho. Las personas que no tengan a
qué agarrarse seguro que lo pasan muchísimo peor. Yo no sólo tengo fuerza; también tengo esperanza, que es lo que me tira a seguir de pie.

- ¿Se ha sentido arropada por la gente de Mallorca?

- No sabe de qué manera. Lo han tomado como algo propio. Se han puesto en mi lugar políticos, guardias civiles. todo el mundo se ha volcado. He recibido el cariño de la gente mediante cientos de cartas y llamadas. He tenido vecinas que me han hecho la comida durante todo el mes de agosto.

- Muchos familiares de víctimas no podrán decir lo mismo, por desgracia.

- Lo sé. Sobre todo las víctimas del principio. Yo valoro mucho el trato y la acogida de las asociaciones de víctimas. Por desgracia, las primeras víctimas de esa larga lista no habrán tenido ese apoyo que ahora dan esas asociaciones. Tengo el orgullo de poder ir con la cabeza muy alta. Ojalá pueda decir para siempre que soy la madre de la última víctima de ETA.

- En ese atentado también murió Carlos Sainz de Tejada. ¿Mantiene relación con sus padres?

- Ellos sí que están sufriendo. Esta familia vino a Mallorca a recoger a su hijo, meterlo en la panza de un avión y llevárselo a casa. Eso sí que es duro. Tanto Carlos como mi hijo murieron juntos y se fueron al cielo juntos, pero lo que ha pasado esa madre es muy fuerte. Su reacción a la muerte de su hijo está siendo distinta a la mía. Ella no puede evitar llorar. Su reacción no es ni mejor ni peor a la mía; simplemente es distinta. Cada una tenemos nuestros resortes psicológicos para defendernos del dolor.

Yo ya decidí no llorar delante de las cámaras para no dar el gusto a los asesinos y procuro no hacerlo tampoco delante de mis hijos aunque hay veces que es muy difícil contenerse. Yo quiero que mis hijos sepan que cada uno de ellos me merece la pena para seguir adelante.

Ellos son un alivio para mí. Que ellos me vean medianamente bien les ayuda y yo cuando les veo sonreír o incluso pelearse también me tranquiliza. Lo que más ayuda es lo cotidiano, el tratar de volver a la vida de antes. A eso yo le doy un enorme valor. (...)

- ¿Ha vuelto al lugar del atentado?

- Palmanova le ha dedicado una calle a él y otra a Carlos Sainz de Tejada. La calle donde se produjo el atentado es ahora la calle Diego Salvá. No tuve más remedio que ir el día que se descubrió la placa de la calle.

- ¿Y?

- Procuro no ir.

- ¿Piensa en los asesinos de su hijo?

- Mi cabeza no la quiero ocupada por los asesinos; mi cabeza la quiero ocupada por mis hijos. No pierdo un minuto en los asesinos de mi hijo. Los etarras deben estar en la cárcel cumpliendo sus penas, no en mi cabeza.

- ¿Qué siente por ellos?

- Indiferencia, aunque yo sí perdono a los asesinos de mi hijo.

- ¿Cómo es posible?

- ¿Y por qué no? Sé que todavía no han sido detenidos, pero ni me quitaron la paz cuando le mataron, ni su captura me la devolverá. Si un día pudiera explicarles cómo era mi hijo y me repitieran que todavía así lo matarían, yo les seguiría perdonando.
" (Fundación para la Libertad, citnado a EL DIARIO VASCO, 26/7/2010)

No hay comentarios: