14/6/10

El exilio vasco

"La marcha de Regina refleja la fragilidad de la política y cuestiona si la épica resistente tiene un corto recorrido, sólo para extremas circunstancias. En un país aún cercado por el miedo, el cierre de esta página en plena legislatura del cambio vasco irrumpe como aire helado y nos deja en la contradicción.

El globo se pincha. Con la marcha de Regina Otaola del País Vasco (terminará su mandato como alcaldesa de Lizartza en apenas un año, cuando culmine la legislatura) se acaba una forma de entender la política en Euskadi sustentada en la épica de la resistencia. Antes se produjo la retirada de la líder popular María San Gil y la renuncia de otros socialistas militantes de “Basta ya” (la plataforma cívica que desafió el “nacionalismo obligatorio”). Habrá otras políticas, puede que más sostenibles, pero serán menos emotivas. Regina se llevará consigo la apasionada rebeldía." (...)

Ahora se va, dice, “harta de tragar quina”, después de quedar fuera de la ejecutiva del PP de Guipúzcoa el pasado otoño. Dice haber comprobado “en carne propia” que en la política -al contrario de en la épica- no hay amigos. Abandona, sí: “No quiero ninguna despedida. Si esto ha servido para ganar normalidad, me doy por satisfecha. Aquí nadie me dará trabajo; lo buscaré fuera”.

Su marcha es otra secuencia de las heridas abiertas en el PP vasco tras la dimisión de María San Gil y contrapone dos maneras de sentir la política. La de las estrategias de alcance frente a la que pone el acento en los principios; la inclinación pragmática frente a la bandera moral." (Fundación para la Libertad, citando a Chelo Aparicio, LA ESTRELLA DIGITAL, 14/6/2010 )

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