26/2/10

Los médicos sudamericanos y las recetas en catalán

"Gracias a la intolerancia de los nacionalistas, la liberal, cosmopolita y tolerante Barcelona de hace unos años se está convirtiendo a marchas forzadas en un gheto. Su política lingüística, al mismo tiempo que está alejando a los españoles del resto de España, les está obligando a buscar personal extranjero para los servicios, especialmente, para los hospitales.

La nueva terminal del aeropuerto del Prat es luminosa y muy funcional, lo que convierte probablemente a España en el país europeo con las dos mejores terminales: la de Barcelona y la de Madrid. Como llevo sólo equipaje de mano, salgo enseguida en búsqueda de un taxi. El taxista es un joven de unos 30 años que me pregunta en un perfecto castellano a dónde vamos. Le doy la dirección de mi hotel y, como es una persona abierta, entablamos enseguida una fluída conversación.

No tiene acento catalán y se lo comento, pensando que debe ser de fuera de Cataluña, y me contesta que ha nacido en Barcelona, de padres asturianos que inmigraron aquí en busca de trabajo hace ya 40 años. Le pregunto si habla también el catalán y me responde que lo entiende todo, pero que no quiere hablarlo, porque no tolera que le obliguen a expresarse en esa lengua estando es España.

Sus amigos o conocidos, muchos catalanes de varias generaciones y otros de una sóla generación, no toleran que les hable siempre en castellano y, por eso, le llaman "facha”, cuando los intolerantes, los verdaderos fascistas, son ellos. Me cuenta que en su taxi, propiedad de su familia, el cartel de “libre u ocupado”, lo lleva en castellano, como yo he podido comprobar. Sin embargo, la nueva “gestapo” nacionalista que mora en el Ayuntamiento y en la Generalitat, le han obligado a llevar el cartel en catalán. Pero por tres veces él lo ha vuelto a poner en castellano.

Estamos llegando a la altura del Paseo de Gracia, una de las calles más atractivas de Europa, y me ha llamado la atención que casi el cien por cien de los rótulos de los comercios de las calles por las que he pasado están también en catalán. La última vez que vine a Barcelona, la proporción era de un 50 % en cada lengua oficial..

El taxista me informa de que cuando lleva a personas que no saben bien el catalán, tiene que traducirles lo que dicen que venden en cada tienda, En el hotel, los dos recepcionistas que me atienden no son catalanes y hablan un buen inglés según compruebo cuando llega un grupo de americanos. (...)

De este modo, la liberal, cosmopolita y tolerante Barcelona de hace unos años, gracias a la intolerancia de los nacionalistas se está convirtiendo a marchas forzadas en un gheto. Con la paradoja de que su política lingüística, al mismo tiempo que está alejando a los españoles del resto de España, que no quieren ir a vivir a Cataluña porque no están dispuestos a pasar bajo las horcas caudinas del idioma monopolistico, les está obligando a buscar personal extranjero para los servicios, y, especialmente, para los hospitales.

Pero lo curioso del caso es que ese personal extranjero, en su inmensa mayoría, tienen como lengua materna al castellano. En efecto, la estúpida medida del Govern tripartito de establecer la edad de 65 años para la jubilación obligatoria de los médicos, ahora ya puesta en entredicho por los propios propósitos del Gobierno de Zapatero que quiere alargar esa edad a los 67 de forma general, ha producido que se despueblen drásticamente las plantillas sanitarias en toda Cataluña.

En vista de ello se han buscado profesionales en otros países, hasta el punto de que en el año 2008, el 54 % de las altas profesionales eran de extranjeros, superando así a los autóctonos. En estos momentos de los 1.872 nuevos colegiados, 838 son de procedencia latinoamericana, es decir, tienen como idioma materno el castellano. De lo cual se deduce que como los rótulos, las recetas, los medicamentos, etc, etc, están en catalán, estos nuevos profesionales no podrán cumplir con sus funciones de forma eficaz, cuando el castellano, su propio idioma, es también oficial en Cataluña.

Lo mismo podría decirse de la Universidad, en donde ya no van españoles del resto de España, o de la Judicatura, por no alargar más la lista. En consecuencia se está produciendo un empobrecimiento cultural de Cataluña, cuando debería ser la región española que liderase nuestra cultura, además de la suya propia, como ha ocurrido en otras ocasiones, gracias a esa tropa de nacionalistas que buscan su propio 'Estadito'. " (Fundación para la Libertad, citando a Jorge de Esteban, EL MUNDO, 25/2/2010
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