2/12/09

Lavodrama, un ferrolano más



"Lavodrama ha adquirido categoría de mito. En Ferrol y fuera de Ferrol, para aficionados al baloncesto y para profanos en la canasta. (...)

Aquella lluviosa noche de noviembre llegó a Ferrol un chico de apenas 22 años, que estudiaba en Houston y al que sus amigos americanos metieron papel higiénico en la maleta en previsión de que en su destino no hubiera llegado tal innovación. Pero Lavodrama tenía mucho mundo detrás. Nacido en Bangui, la capital de la República Centroafricana, su padre había sido prefecto, ministro y embajador con Bokassa. (...)

No llegó a jugar allí. Ese mismo verano Moncho Monsalve, entonces entrenador del OAR, le vio jugar y le habló de Ferrol. Cuando supo que estaba sin equipo marcó su número. "Me lo pensé porque tenía otras opciones en Estados Unidos, pero me intrigaba viajar y conocer".

Llegó a Ferrol y no se ha ido. "Ésta es mi casa", asegura. Tiene valor decirlo cuando durante las últimas tres semanas ha dormido en Dar es Salaam, Colonia, Badalona, Vitoria o Lugo. Trabaja como agente en U1st Sports, una compañía de representación de deportistas. "Busco baloncestistas de talento en España, Francia, Suramérica y África", resume. Pero al final siempre cruza As Pías. "Ferrol es mi casa, donde viven mi mujer y mis hijos y tengo algunos de mis negocios".

Lavodrama es un nacho, en argot ferrolano. Lo que le gusta es hablar de Ferrol. Tiene ideas. En las últimas municipales fue de número ocho en la lista de Independientes por Ferrol de la mano de Juan Fernández, su presidente en el OAR. "Con él mucha gente se fija en la fachada, pero no en el contenido, quizás le falte mano izquierda".

Lavodrama no cierra las puertas a escalar en esa lista y asumir responsabilidades en el Ayuntamiento. Quiere apostar por una ciudad que casi ha convertido la depresión en una etiqueta: "Hay una deuda histórica de las instituciones nacionales y gallegas con Ferrol, pero tenemos que dejar eso atrás y tomar la iniciativa, dejar de pensar sólo en las subvenciones y reinventar la base económica de la ciudad a partir de nuestra experiencia en campos como la ingeniería o la construcción naval o nuestra situación geográfica con un puerto exterior que debe de ser entrada y salida de comercio.

Somos un destino idóneo para el turismo rural, gastronómico y cultural, pero necesitamos embellecer la ciudad. En Bilbao, por ejemplo, el Nervión bajaba todo negro en un paisaje industrial, ahora ese entorno está embellecido y el Guggenheim le da carácter. Aquí no tenemos ni un hotel que dé a la ría y la ciudad crece de espaldas a su mayor riqueza, no está bien asfaltada y tiene pocas zonas verdes y demasiado cemento. Y donde en Bilbao está el Guggenheim nosotros tenemos a Reganosa". (El País, ed. Galicia, Galicia, 16/11/2009, p. 8)

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