23/4/09

El clima agobiante/amenazador del País Vasco

"A cuántas personas se lo he oído decir, desde hace mucho tiempo, y cuántas veces lo he percibido yo mismo. Me refiero a la apreciación subjetiva, y a la vez vívida, de lo pequeños que se hacen los malos rollos de este pequeño país, Euskadi, en cuanto te alejas de él. No hace falta viajar muy lejos, basta poner unos kilómetros de distancia, salir de aquí -ser de aquí o ser de allí, la gran preocupación 'hamletiana' del nacionalismo vasco- y estar en otra comunidad. Si donde se ha ido es a otro país, aquello de la canción, de Euskadi es tan pequeño que no se ve en el mapa, cobra todo su sentido metafórico.

Esos problemas tan serios y acuciantes que ocupan la mayor parte del tiempo de la vida política y mucho de la social, se hacen pequeños hasta esfumarse -salvo el asesinato o su amenaza, cuya dimensión trágica y rechazable es universal e imposible de empequeñecer-. Parece que aquí dentro estuviéramos, como en una novela de ciencia ficción, bajo el efecto telepático de una gran boina negra, del tamaño de la nave de 'Independence Day', que se cierne sobre nuestras cabezas y enferma la mentalidad de la sociedad indígena, pero cuyo campo de poder hipnótico cesa en cuanto cruzas las fronteras de Shangri-La y dejan de zumbarte los oídos.

Supongo que a muchas personas nos sucede este efecto de descompresión cuando salimos de Euskadi como un necesario y espontáneo ejercicio de oxigenación mental. Una reacción defensiva natural como descarga de lo denso y pesado que es, más que un puré de habas secas con torreznos, nuestra eterna pugna entre el sentimiento nacionalista y el pensamiento no nacionalista, que divide en dos mitades a la población de la Comunidad Autónoma Vasca. Lo plúmbeo, igual y machacón que resulta el obsesivo tema cansa, astraga y hastía cada vez a más ciudadanos.
" (Fundación para la Libertad, citando a Juan Bas, EL CORREO, 22/4/2009)

No hay comentarios: