30/7/08

Suso de Toro se inventa su ácido bórico, al estilo JP ¡Lo que une la ideología! La fascista...

“Y si tiene razón Pasqual Maragall, si no es posible una España compartida por todos y sólo es posible "conllevarse"? Hace unos años, uno aún creía que era posible España como proyecto compartido, pero una y otra vez se nos aparecen "dueños" y nos señalan nuestro lugar en el sótano. (…)

Recientemente, hemos tenido dos lecciones que se complementan, la que nos dio la selección de fútbol y la de un manifiesto en defensa del castellano, al que llaman la lengua "común". (…)

Eran jóvenes a los que no les pesaba el temor a la mala suerte histórica, el pesimismo, y simplemente confiaban en su propia capacidad. (…)

A su alrededor, gran parte de la población, aunque sobre todo destacaron los jóvenes, con camisetas rojas y banderas rojo y gualda e himno sin letra… Fue clara su necesidad, verdadera ansiedad, de sentir identificación y orgullo de grupo, de país, de España. Hubo chovinismo y patrioterismo, claro; también hubo fascistas aprovechando esa emoción, desde luego; pero fue una explosión de energía positiva abrumadora. De juventud.

También hubo quien no comprendió que en esa identificación con la selección no había hostilidad interna y fue incapaz de desear que ganase, prefiriendo que ganase la rusa o cualquiera otra. O quizá temió ese momento catalizador. La ideología separa de la vida. (…)

Esa España funciona, igual que funciona en la economía y en la vida social en general, y en esa selección nos podíamos ver muchísimos, si se nos deja.

Eso hicieron los futbolistas: unir. Pero frente a eso, 20 intelectuales echaron a rular un manifiesto culmen de subjetividad e irresponsabilidad. (…)

Parte de falsedades que llevan tiempo difundiéndose: es falso que el castellano, una lengua en expansión, con unos 400 millones de hablantes y otros 100 que la conocen, peligre. Mucho menos en España, donde su conocimiento es "obligatorio", siendo la única lengua que recibe tal protección del Estado. El castellano, gracias a una política secular de imposición, se extendió al territorio del gallego, catalán, vasco y demás dominios lingüísticos españoles; es así que en los territorios donde los individuos hace dos o tres generaciones eran monolingües en esas otras lenguas, hoy son bilingües o monolingües en castellano. (…)

Por eso, hoy los firmantes del Manifiesto pueden llamarla "común", aunque no debieran omitir que es obligatoria. (…)

Ese éxito histórico del castellano, además del orgullo de tener por propia una lengua con prestigio y una literatura tan impresionante, debiera bastar para dar sosiego a los monolingües en castellano. ¿Qué más se puede pedir? Pedir más es nacionalismo insaciable, una bulimia que demanda la humillación, la destrucción del otro. Y eso es lo que hace el Manifiesto. Seamos claros, no les basta que todos hablemos castellano; quieren, además, que dejemos de hablar las otras lenguas. (…)

El castellano no peligra ahí, lo que corre peligro de desaparición son esas otras lenguas también españolas que están en circunstancias adversas y se enfrentan a una inercia histórica poderosísima. Ésos son los hablantes que ven desaparecer sus lenguas.

Pero el cuento de la persecución del castellano es la misma fábula que la de los judíos o los gitanos que asesinan niños; circula bien porque responde a nuestros miedos, en este caso, el miedo del monolingüe al bilingüe. Es una fábula xenófoba, y es xenofobia lo que se hace con las otras lenguas oficiales, se las mantiene ocultas y se busca su desaparición.

Desmoraliza definitivamente que un Manifiesto tan faccional, sesgado políticamente e irresponsable que utiliza la lengua para dividirnos cuente con tanta simpatía y complicidad en los medios intelectuales radicados en Madrid; con razón los promotores señalan que es muy "transversal" allí.

Hemos llegado hasta aquí entre todos, la Física enseña que los vacíos se llenan, unos se refugiaron en ámbitos particulares, otros no construyeron una idea de España democrática y plural, vemos ahora cómo el nacionalismo monolingüe y xenófobo de siempre ocupa el centro y lo ocupa todo. Y no me extiendo sobre el pasmo que provoca la soberbia de unos intelectuales que se creen dueños de España y pretenden echarnos a los que no somos como ellos. A lo peor es cierto y España es suya, Pasqual.” (SUSO DE TORO: Futbolistas e intelectuales. El País, Opinión, 26/07/2008)

Según Suso de Toro, Savater es un xenófobo porque es un monolingüe ( de los que le tienen miedo a los bilingües), que no parará hasta acabar con el vasco, el catalán y el gallego. Ni hasta echar a Suso de Toro de España. Justamente, eso es lo que dice el “Manifiesto por la lengua común”. Un buen escritor que utiliza argumentos fascistas (por lo tanto, lo es).

Lástima de estas barbaridades, porque el análisis sobre la Eurocopa (que unió sobre todo a la juventud española en una explosión de energía) es muy bueno.

Y España, y el mundo, es de los poderosos, no de los charnegos o de los inmigrantes que quieren que sus hijos aprendan en su lengua materna.

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