25/4/08

Si lo hace el PP, está feo, pero si lo hacemos nosotros... y en frío, pues...

“La enésima campaña de "tan gallego es el gallego como el castellano" (¿ o era al revés, "tan castellano es el castellano como el gallego"?), alentada por el mismo periódico de siempre, reivindica lo de siempre: algunas personas quieren vivir aquí pero como si fuese allí. Pero no como en un allí cualquiera, no como en Marsella, Cracovia, Turín o Leningrado. No. Quieren vivir en Galicia pero como si fuese Murcia, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Andalucía, La Rioja, Extremadura, Madrid o Aragón. En la España monolingüe.

No les vale vivir aquí como en Cataluña, Euskadi, Valencia o Mallorca. Y tampoco les vale emigrar ellos, pretenden que vivamos todos emigrados, como emigrantes en nuestro país. Niegan la realidad física y humana, nuestra historia, nuestra memoria, nuestra cultura y nuestros intereses, todo lo que nos envuelve, y pretenden vivir en un país etéreo, sin pisar tierra y sin gallegos.”

Hombre, esos señores que no quieren hablar gallego, o solo quieren hablar el gallego “xunteiro” en la Xunta y ya está, hecho el papelón... los de Fraga, vamos, pues… son la mayoría de los gallegos. Y no, no quieren emigrar, quieren vivir como siempre se vivió en las ciudades dónde mandan.

“En las pasadas elecciones el PP agitó el miedo a los inmigrantes y planteó un contrato a cada inmigrante para su integración: tendrían el deber de aceptar las leyes vigentes entre nosotros y de conocer la cultura y lengua del país. Estuvo muy mal azuzar el miedo al inmigrante, pero sí que se puede discutir en frío y razonablemente que todos debemos asumir nuestra pertenencia a la sociedad que nos acoge, cumplir las leyes y conocer y practicar la lengua del país. Pero por qué van a cumplir ese pacto cívico los inmigrantes si ya hay aquí entre nosotros personas que se niegan a ello y meten la cuña en la madera de la convivencia. Y es el propio PP quien los anima.” (SUSO DE TORO: Incivismo y cuña. El País, ed. Galicia, Galicia, 20/04/2008, p. 4)

Porque un marinero indonesio que trabaje en un barco pesquero vive, trabaja, y paga sus impuestos en Galicia. Si el gallego se muere, no es su culpa. No ha venido a salvarlo. Viene a trabajar, y a salvar nuestra Seguridad Social. Si hemos matado el gallego, la culpa es nuestra. No del inmigrante. La lengua del país, la común, la que necesita, por si hoy está en Galicia, y mañana en Cataluña, es el castellano. O el inglés.

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