P. ¿La presión del impuesto revolucionario sigue siendo fuerte?
R. No tengo ni idea. Leo los periódicos, estoy en el Círculo de Empresarios Vascos y tengo compañeros. Pero no sabría qué decir. Sería una frivolidad por mi parte.
P. ¿Entonces no recibe Eroski cartas de ETA?
R. No contesto a esta pregunta.
¿Cómo se permite el "no comment" un empresario vasco ante la pregunta de si es objeto o no de chantaje? ¿Es que no percibe que no responder a esa pregunta supone instaurar al chantajista como un poder fáctico, reconocerle y someterse? ¿Es que no lo ven, tampoco, sus entrevistadores?
¿Cuál es la respuesta que se deduce de esa no respuesta? Que a Eroski llegan cartas y que se pagan. Si es cierto, el señor Costan Dacosta está ocultando la existencia de un delito. Si es falso, se está cubriendo de un barro indeleble. Pero, sobre todo, esa vomitiva percepción que del chantajista no se habla dado que el silencio es la primera condición del chantaje.” (Comentario: El mundo por dentro, 07-04-08. fuente: El Mundo, Economía, 07-04-08)
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