“Llama la atención la rotunda afirmación del conseller de economía de la Generalitat cuando afirma que "los diputados del PSC harán lo que se decida en Catalunya". (…)
A la hacienda catalana le preocupa el hecho de que su autonomía financiera se cubra con los ingresos procedentes de los tributos ligados a la actividad económica y ésta última muestre, en la actualidad, síntomas de estancamiento. La desaceleración de la actividad inmobiliaria, además, la sitúa en una posición delicada. De ahí que vaya exigiendo que deba aplicarse un modelo de negociación bilateral y que se deba aplicar la Ley Orgánica del Estatut, por el que se garantiza una inversión proporcional a su participación en el producto interior bruto del Estado.
Esta visión de la política ya no asombra.
… el primero es que el PSC incluye en sus propuestas la equiparación progresiva entre los ingresos de la Generalitat y los que proporciona el sistema de concierto, a imitación del cupo vasco; y la segunda es que un incremento de la financiación catalana tendría implicaciones adversas muy significativas tanto para el Gobierno como para el resto de las comunidades.
El debate, como puede suponerse, está servido. Desde una posición contraria a la Genenalitat se explicita que "si aplicáramos un sistema de cupo como el que goza en la actualidad el Gobierno vasco para Cataluyna, se reduciría hasta en un 17% la capacidad del Gobierno para mantener el nivel actual de servicios públicos en el resto de las CC AA de régimen común", como bien apunta Ángel de La Fuente. Y si aplicáramos el mismo esquema para el resto de la CC AA que contribuyen de forma positiva al Fondo de Compensación Inter-territorial, la financiación del resto de las CC AA de régimen común se recortaría en un 20%.” (Fernando González Laxe: financiación autonómica. El País, ed. Galicia, Galicia, 05/04/2008, p. 4)
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