13/3/23

¿Quién mató a Alana? Por respeto a los muertos, se debe decir toda la verdad sobre su muerte: sufrieron acoso por parte de ciertos compañeros de escuela que “las rodeaban e insultaban” a menudo, en una triple vertiente: transfóbico (Alana había pensado en transitar a Iván), xenofóbico (las llamaban “las argentinas”) y etnolingüístico (se reían de ellas porque no aprendían catalán)... Por respeto a los muertos, se debe decir si sus profesores toleraron el acosos criminal por simpatías independentistas

Vídeo de la tía de Alana y Leila:

 

"Nos sobrecoge, y quizás lo haga para siempre como un recuerdo indeleble, el haber tenido conocimiento del triste suceso acaecido en Sallent de Llobregat (Barcelona) el día 23 de febrero de 2023; cuando dos adolescentes gemelas, Alana y Leila, se precipitaron voluntariamente al vacío desde el tercer piso del inmueble que habitaban con su familia.

La cosa en sus vidas no empezó bien por el hecho fortuito de haber nacido en el seno de una familia humilde en un país, Argentina, en bancarrota y hundido en el pozo de la desigualdad.

Como para otros tantos argentinos –doy fe de ello porque estuve recientemente en ese país de ciudadanos hermanos– su esperanza de mejora viene dada por la emigración. España es vista como una tierra acogedora, la Madre patria, con unos vínculos que la propia Constitución española reconoce explícitamente en su artículo 11. Así que, la familia de las gemelas se vino para nuestro país.

No debieron tener conocimiento hasta ya instalados de que el destino les tenía reservado un entorno hostil. Así que a sus dificultades económicas debieron añadir otras inesperadas que hicieron la vida insoportable para la fragilidad de aquellas personas en crecimiento y formación.

De los hechos que venimos conociendo se deduce claramente que ambas (también su hermano más pequeño) sufrieron bullying (acoso) por parte de ciertos compañeros de escuela que “las rodeaban e insultaban” a menudo, al menos, en una triple vertiente: transfóbico (Alana había pensado en transitar a Iván), xenofóbico (las llamaban “las argentinas”) y etnolingüístico (se reían de ellas porque no aprendían catalán).

En un grito desesperado de madrugada, una de las menores llegó a llamar a su abuelo pidiendo el retorno. Sin embargo, no disponían ni de las fuerzas ni de los medios que si tuvo hace años la hermana pequeña de Lionel Messi, en parecidas circunstancias, para poder volver a su país.

Frente a lo anterior se alzan preguntas a la que exigimos respuestas inmediatas o la asunción de responsabilidades en su caso: ¿Favoreció el Ayuntamiento de Sallent la acogida de la familia en condiciones de libertad e igualdad que preservase su dignidad humana de acuerdo con los Derechos Humanos? ¿Hizo un seguimiento el Instituto de Sallent de la especial situación de los hijos de esta familia de lengua materna castellana o española, de origen extracomunitario y con un miembro planteándose un tránsito sexual; lo que hubiera llevado ineludiblemente a aplicar el protocolo antiacoso? ¿Ha hecho todo lo posible la Generalidad de Cataluña para propiciar que los ciudadanos de esta comunidad autónoma vivan en el respeto a sus culturas de origen propiciando el uso vehicular de la lengua común de todos los españoles? Me temo que la respuesta a las tres preguntas sea un rotundo no. 

Solo hay que ver la fotografía de la concentración por estos hechos que se hizo ante la Casa de la Vila (Ayuntamiento) donde pende una pancarta ilegal pro amnistía e independencia para entender que este pueblo del interior de la comunidad autónoma catalana vive intensamente en el delirio nacionalista con todo lo que ello comporta.

El Observatorio contra la homofobia ya ha calificado la muerte de Alana como “asesinato social”. No puedo estar más de acuerdo; pero, por las tres razones esgrimidas (la transfóbica, la xenofóbica y la etnolingüística).

Frente a lo anterior ya han surgido las voces tramposas (...), la del alcalde de Sallent que pretende tapar su vergüenzas pagando el entierro de Alana; y, la del consejero de Educación de la Generalidad de Cataluña que, aunque inicialmente negó el acoso, ha tenido que recular por la fuerza apabullante de los hechos.

Uno no es creyente; pero, estima las buenas enseñanzas y las buenas obras vengan de donde vengan. Se da la circunstancia de que Sallent tiene como uno de sus hijos más ilustres al declarado santo por la Iglesia Católica, Antonio Mª Claret -en uno de sus colegios estudié hasta el bachillerato- que fue arzobispo de Cuba y confesor de la reina Isabel II de España. Cuenta la anécdota que allí a un hacendado que maltrataba a los negros le mostró un día un papel blanco y otro negro. Los quemó y le mostró las cenizas: «Señor, -le dijo- ¿podría decir qué diferencia hay entre las cenizas de estos dos papeles? Pues así de iguales somos los hombres ante Dios». Quizás que los ciudadanos del pueblo lo recuerden.

Es cierto que en este triste asunto algunas personas tienen más responsabilidades que otras (y deberán asumirlas donde corresponda); pero, en realidad, por acción o por omisión, a Alana, como sociedad la matamos entre todos.

Sería bonito pensar que la razón de la muerte fuera la justicia… aunque solo fuera por esta vez; por Alana y por el amor que su hermana Leila le profesaba."               

(Antonio Francisco Ordóñez , Abogado y letrado del Ayuntamiento de Barcelona. Ha sido profesor de Derecho Administrativo, El Papel, 27/02/23)

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