"El periodista y escritor barcelonés Miquel Giménez es uno de los analistas políticos más mordaces cuando de hablar del procés se trata. (...) En los próximos días, Giménez publica PSC: Historia de una traición. La gran estafa a los votantes de izquierdas (Deusto). Según sus editores, la crónica definitiva de cómo el socialismo catalán se entregó al nacionalismo.
Escrito con humor y una prosa culta, pero en absoluto pedante, Giménez
presenta un libro a mitad de camino entre las memorias y el análisis.
Narra en primera persona sus años en el Partido Socialista Catalán junto a Pasqual Maragall, Raimon Obiols, Miquel Iceta o Narcís Serra.
Aunque ingenuo y cándido veinteañero entonces, el periodista quedó
sorprendido no sólo por el desorden, sino también por el desdén con que
se hacía referencia al PSOE de Felipe González y Alfonso Guerra, así como la guerra de egos y la extraña mezcla ideológica de comunismo y nacionalismo.
“Parecía, ya entonces, que todo el mundo era un rival, con la salvedad de la Convergència de Jordi Pujol,
a la que había que dejar hacer”, escribe. A partir de esa semilla
nacionalista de los socialistas catalanes, Miquel Giménez narra la
evolución de un partido que, desde el inicio del periodo democrático,
albergó en su interior una pulsión clara. “El PSC no quería sustituir al
pujolismo, sólo modernizarlo”, asegura en esta entrevista concedida a Vozpopuli.
¿El Partido Socialista Catalán es traidor o colaboracionista?
Ambas
cosas. Es colaboracionista, porque ha sido muy necesario para que el
nacionalismo haya hecho todo lo que ha hecho, y es traidor con su
votante, porque les ha prometido cosas que no ha cumplido. El PSC es
publicidad engañosa. Se ha pasado la vida diciéndole a la gente que era
un partido de izquierdas y que hacía oposición al nacionalismo, pero
todos los dirigentes del PSC eran los niños de la burguesía catalana.
El
votante castellanoparlante se lo creía con una buena fe digna del
carbonero. Eso es traición. Y colaboracionismo también, porque están
gobernando en 40 municipios con independentistas.
Su libro mezcla memorias, análisis y
disección sociológica de primera mano. El retrato del socialismo
catalán que hace es el de una casa de egos.
El
mundo del socialismo es el Leviatán de Hobbes: el hombre está en guerra
contra el hombre perpetuamente. El día en que los socialistas catalanes
dejen de matarse entre ellos se extinguirán como los dinosaurios. No
hay un propósito ideológico, Esto parece una de las comedias malas del
siglo XIX en las que mueren todos menos el apuntador. Los del PSC
dependen del PSOE para subsistir, pero nunca tuvo recursos propios. Se
han renegando del que les daba de comer.
Dedica un capítulo entero a contestar la pregunta sobre si el PSC es socialismo o nacionalismo. ¿Qué sacó en claro?
Es
nacionalismo por encima de cualquier otra cuestión. Lo que intento
plantear es lo siguiente: todos los seres humanos somos iguales. Todos
nacemos de la misma manera, todos nos vamos a morir. Lo demás son
accidentes y diferencias. Una ideología que se reclame de izquierda
tiene que partir de ese principio, que todos somos iguales. Cuando dices
‘soy catalán y yo soy diferente’ porque estás convirtiendo un accidente
en un atributo. Eso contradice esa lógica.
Dice que el PSC , en lugar de sustituir el pujolismo pretendió modernizarlo.
Esa
es una jugada muy buena de la burguesía catalana… Ese grupo de Maragall
o Narcís Serra se forma con protectores del franquismo. Por eso explico
que Maragall es el pujolismo 2.0, porque dice todo esto que decían
ellos: ‘somos diferentes, somos la hostia, pero le voy a poner un
logotipo moderno, redes sociales, internet’. La tesis del federalismo
asimétrico, cobrar más. Ese es el asunto, la burguesía catalana y las
élites quieren ser independientes pero pagando los demás. El
independentismo catalán es la estafa piramidal más grande de la historia
de la humanidad. (...)
Manuel Valls queda muy mal parado en su libro, lo deja en los huesos.
Sí,
total y absolutamente. En momento determinado Valls representó la
esperanza de que se podía plantar cara, pero a la vista de los
resultados, Ciudadanos se equivocó con Valls, y Rivera lo admitió. Fue
el peor error que cometió en su vida política y es cierto. Valls se
compara con De Gaulle y se piensa un geoestadista. Que me vengan a reñir
con el dedo levantado, en modo ‘qué tontitos son los españoles', me
toca un poco los cojones.
¿Si el PSC es un partido traidor, qué es Ciudadanos? Ellos también traicionaron a sus votantes abandonando Cataluña.
Me
duele muchísimo porque Ciudadanos nace para plantar cara al
separatismo. No creo que Ciudadanos tenga que estar buscando alcalde
para Bohadilla del Monte. Ciudadanos no se pensó como un partido
nacional sino para hacer contención al pujolismo. Muchísima gente dejó
de votar al PSC para votar a Ciudadanos. Y al final se han ido a Madrid a
hacer un proyecto que ha acabado mal. Todo esto crea una sensación de
engaño. Lo siento mucho porque tengo muy buenos amigos, pero lo que no
puedes hacer es ganar unas elecciones autonómicas y luego mirar a qué
hora sale el AVE a Madrid.
¿Cuál es la naturaleza de la calle del independentismo? ¿Cuál es la dinámica del Tsunami?
Estos
movimientos jamás surgieron de abajo hacia arriba, sino de arriba hacia
abajo. Todo esto ha sido instrumentalizado por los propios actores
políticos del separatismo y como ahora es un momento de pacto, a ver si
sacamos algo más, el tsunami, que ocupó el aeropuerto del Prat, ha
parado. Políticos pactando entre ellos y queda un problema de orden
público. Por ejemplo, el desorden en la calle la Meridiana. Sin embargo,
el grueso de las acciones se ha acortado porque los papas convergentes
le han dicho a sus niños ‘vengan a casa a cenar’.
Se refiere al PSC como un Gulag intelectual. ¿No exagera usted?
Yo
me di cuenta de esto cuando Miquel Iceta me dijo, un día en su
despacho, muy serio: ‘Yo nunca me podría fiar de ti’. Me quedé
sorprendido, porque éramos amigos. Entonces le pregunté por qué no se
fiaba de mí. ‘Porque tienes criterio propio’. Me dejó impactado y quizá
no percibí toda la intensidad que tenía ese comentario. Quien te dice
esto es un socialista. Como dice Pérez Reverte, que las personas se
dividen entre las que tienen bibliotecas y las que no.
Miquel Iceta de cerril tiene más bien poco.
Iceta
es el político más culto que ha dado la política catalana en los
últimos 80 años. Por eso es tan peligroso. Es el Moriarty catalán.
¿Cómo vive usted en Barcelona siendo un acérrimo crítico del independentismo?
Me
han llegado a decir ‘te vamos a pegar dos tiros’. Sí, es muy incómodo,
desagradable y demuestra hasta qué punto Cataluña es un régimen
totalitario. Aquello de que los judíos no pueden caminar por
determinadas calles. El hombre que me amenazó cuando paseaba con mi
mujer me reprochó que me paseara por Barcelona. Pero cómo no voy a
poder, si nací aquí. Lo que le molestaba en verdad era verme. Cuando
llegas a odiar tanto que no puedes verlo. De ahí a Auschwitz hay muy
poco.
Una generación entera ha crecido y otra crecerá en ese discurso. Muchos jóvenes han hecho de ese discurso una bandera.
La
crisis engendró una parte del independentismo, pero entre los chicos
jóvenes el concepto España ya no existe. Son 40 años de adoctrinamiento
en las escuelas. El peso de TV3 ha sido importantísimo: el monotema, los
monocolaboradores y en cualquier programa aunque sea para hablar de las
pinzas de la ropa, te sacan la independencia. Estos chicos de ahora son
los que llevarán a cabo lo que sus papás y sus mamás quieren. Siempre,
eso sí, que no los llamen a cenar."
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