"El progresivo debilitamiento del independentismo catalán, en su
irreversible dinámica hacia la irrelevancia, ha provocado que ya sea
incapaz incluso de mantener las peleas puramente simbólicas que
sustituyeron desde el fiasco del otoño de 2017 a las reivindicaciones
independentistas. En ese escenario virtual, ocupó un lugar muy destacado
la denominada guerra de los lazos.
Durante un largo periodo, la única constatación en la calle de que el movimiento independentista seguía vivo eran los conflictos provocados por la masiva utilización de la simbología amarilla del independentismo, una utilización que era contrarrestada por la actividad contraria de grupos antiindependentistas. La realidad, sin embargo, es que nunca se produjeron enfrentamientos de gravedad.
Ahora, como otro reflejo del agotamiento imparable del movimiento independentista y de su proyecto, ni siquiera se mantiene esta símbólica guerra de los lazos. De hecho, podría decirse que el independentismo ha perdido claramente esa guerra, porque cada vez se ven menos lazos amarillos en las calles de Catalunya. Ya no pueden mantener ni siquiera los símbolos." (e-notícies, 31/01/20)
Durante un largo periodo, la única constatación en la calle de que el movimiento independentista seguía vivo eran los conflictos provocados por la masiva utilización de la simbología amarilla del independentismo, una utilización que era contrarrestada por la actividad contraria de grupos antiindependentistas. La realidad, sin embargo, es que nunca se produjeron enfrentamientos de gravedad.
Ahora, como otro reflejo del agotamiento imparable del movimiento independentista y de su proyecto, ni siquiera se mantiene esta símbólica guerra de los lazos. De hecho, podría decirse que el independentismo ha perdido claramente esa guerra, porque cada vez se ven menos lazos amarillos en las calles de Catalunya. Ya no pueden mantener ni siquiera los símbolos." (e-notícies, 31/01/20)
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