"(...) Hay que tener en cuenta que en Europa los disturbios no están
llegando del lado del enfrentamiento puramente económico, como en Chile,
sino desde su articulación política, sobre todo del lado de la derecha nacionalista, una tendencia que atraviesa desde Italia hasta EEUU pasando por Reino Unido.
Y es probable que nada del problema en Cataluña se achaque a estas causas,
y a estas alturas sería un diagnóstico cierto, porque importan mucho
más otros factores, pero no hay que olvidar que el independentismo se
hizo fuerte después de la crisis, en un contexto de dificultades de
buena parte de la población, de recortes y de inconvenientes cotidianos
que eran permanentemente achacados a Madrid.
Se trata de un movimiento
que tiene mucha implantación en el mundo rural,
ese que está en declive, entre pequeñas empresas y autónomos, y entre
funcionarios, sectores que no lo están pasando nada bien. En ese
malestar ha crecido el independentismo, aunque haya tomado otras
derivas. (...)" Esteban Hernández, El Confidencial, 27/10/19)
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