"Un número importante de políticos cambian de chaqueta en
un santiamén. Normalmente, este cambio suele ser justo antes de unas
elecciones, cuando se configuran las listas electorales.
Si bien es
cierto que todos los partidos políticos intentan presentar fichajes,
suelen creer que serán más provechosos si los captan de un adversario
electoral. Algunos de los fichajes, si no muchos, suelen ser personas
que han quedado descabalgadas a sus propias formaciones y buscan seguir
en la noria política. La captación va en todos sentidos. En estos
momentos, los más activos son los partidos independentistas, pero
Ciudadanos no se priva de buscar en marginados de otros partidos.
La nómina de políticos catalanes en activo que han cambiado de siglas es larga: Celestino Corbacho (del PSC a Ciudadanos), Ernest Maragall (del PSC a ERC), Ferran Mascarell (del PSC a JxCat), Carina Mejías (del PP a Cs), Joan Josep Nuet (de los Comunistas a ERC), Albert Batlle (del PSC a Units per Avançar), Jordi Martí (del PSC a comunes, previo coqueteo con ERC), Marina Geli (del PSC a JxCat), Enric Millo (CiU a PP), Elisenda Alamany (de los comunes a ERC) y Pep Puig (de Alternativa Verde a la Crida) o Toni Morral (de ICV a la Crida). Esto sin olvidar a Toni Comín: de compañero de viaje de ICV al PSC pasando por el maragallisme de Ciutadans pel Canvi; dejó el PSC para engordar a ERC y ahora está con el puigdemontismo de JxCat. Un largo viaje.
El último fichaje sonado, de momento, es el de Roger Español, quien en sólo medio año ha pasado de la izquierda independentista a candidato a senador por JxCat, siguiendo a Albano-Dante Fachin, quien de martillo de la sociovergència ha pasado a hacer la rosca a los partidos que tanto criticó por su política sanitaria.
La nómina de políticos catalanes en activo que han cambiado de siglas es larga: Celestino Corbacho (del PSC a Ciudadanos), Ernest Maragall (del PSC a ERC), Ferran Mascarell (del PSC a JxCat), Carina Mejías (del PP a Cs), Joan Josep Nuet (de los Comunistas a ERC), Albert Batlle (del PSC a Units per Avançar), Jordi Martí (del PSC a comunes, previo coqueteo con ERC), Marina Geli (del PSC a JxCat), Enric Millo (CiU a PP), Elisenda Alamany (de los comunes a ERC) y Pep Puig (de Alternativa Verde a la Crida) o Toni Morral (de ICV a la Crida). Esto sin olvidar a Toni Comín: de compañero de viaje de ICV al PSC pasando por el maragallisme de Ciutadans pel Canvi; dejó el PSC para engordar a ERC y ahora está con el puigdemontismo de JxCat. Un largo viaje.
El último fichaje sonado, de momento, es el de Roger Español, quien en sólo medio año ha pasado de la izquierda independentista a candidato a senador por JxCat, siguiendo a Albano-Dante Fachin, quien de martillo de la sociovergència ha pasado a hacer la rosca a los partidos que tanto criticó por su política sanitaria.
En general, el partido con más bajas, por un lado u otro, es el PSC,
que ha sufrido deserciones tanto hacia el mundo independentista cómo
hacia el mundo unionista radical. Esquerra Republicana (ERC), de la mano
de Oriol Junqueras, ha puesto en marcha la estrategia de debilitar a los adversarios políticos tomándoles importantes dirigentes.
El exconsejero Josep Huguet ya
pronosticó que ERC sustituiría al PSC como partido referente de la
izquierda en Cataluña. Bajo la dirección de Oriol Junqueras, ERC ha
integrado dentro de sus filas a numerosos militantes y dirigentes
provenientes tanto del PSC cómo de la antigua Iniciativa-Verds. El
proceso independentista ha sido el detonante de esta llegada de cuadros
de izquierdas a un partido que se movía en la ambigüedad ideológica,
entre la pata nacional y la pata social.
El caso más paradigmático ha sido el de Ernest Maragall, dirigente del PSC un montón de años. Siendo secretario del gobierno presidido por su hermano Pasqual Maragall, se las tuvo con los consejeros de ERC. Después, siendo ya consejero con el presidente José Montilla, firmó un artículo de prensa donde dejaba como un trapo sucio a sus socios de Esquerra. Hasta entonces, Ernest Maragall no representaba a ninguna corriente soberanista dentro de los socialistas, más bien lo contrario.
Pero con el procés, Ernest Maragall rompe con el partido de toda su vida para fundar, con un grupo de acólitos, MES, que tuvo una vida corta, porque en un momento se coalizó con ERC. Oriol Junqueras le premió enseguida con un escaño en el Parlamento europeo. Seguía en la noria. Abandonó el Europarlamento para ser diputado en el Parlament y consejero de Exteriores. Este último cargo lo dejó para optar a la alcaldía de Barcelona. A pesar de haber ganado las elecciones, su incapacidad de llegar a un pacto hizo que Ada Colau y Jaume Collboni (con la inestimable ayuda de Manuel Valls) acordaran un gobierno municipal de coalición.
A la lista de Maragall en el ayuntamiento, él no era el único que había cambiado de partido. De número 2 llevaba a Elisenda Alamany, que sólo unas semanas antes había dejado los comunes de Colau. Y también Miquel Puig, que de persona de confianza de Antoni Subirà en Industria, con Jordi Pujol de presidente, ha acabado en ERC como independiente, eso sí, sin dejar su despacho en el Consorcio Universitario, cargo para el cual fue designado por Artur Mas, y que compagina con la concejalía en Barcelona y el restaurante que tiene en Falset (Priorat).
Otro socialista que se ha pasado al independentismo ha sido Ferran Mascarell. Militante de joven en Bandera Roja, tuvo numerosos cargos como dirigente del PSC. Incluso optó a ser alcalde de Barcelona para sustituir a Joan Clos. Artur Mas lo fichó, por sorpresa, como consejero de Cultura del primer gobierno procesista.
El caso más paradigmático ha sido el de Ernest Maragall, dirigente del PSC un montón de años. Siendo secretario del gobierno presidido por su hermano Pasqual Maragall, se las tuvo con los consejeros de ERC. Después, siendo ya consejero con el presidente José Montilla, firmó un artículo de prensa donde dejaba como un trapo sucio a sus socios de Esquerra. Hasta entonces, Ernest Maragall no representaba a ninguna corriente soberanista dentro de los socialistas, más bien lo contrario.
Pero con el procés, Ernest Maragall rompe con el partido de toda su vida para fundar, con un grupo de acólitos, MES, que tuvo una vida corta, porque en un momento se coalizó con ERC. Oriol Junqueras le premió enseguida con un escaño en el Parlamento europeo. Seguía en la noria. Abandonó el Europarlamento para ser diputado en el Parlament y consejero de Exteriores. Este último cargo lo dejó para optar a la alcaldía de Barcelona. A pesar de haber ganado las elecciones, su incapacidad de llegar a un pacto hizo que Ada Colau y Jaume Collboni (con la inestimable ayuda de Manuel Valls) acordaran un gobierno municipal de coalición.
A la lista de Maragall en el ayuntamiento, él no era el único que había cambiado de partido. De número 2 llevaba a Elisenda Alamany, que sólo unas semanas antes había dejado los comunes de Colau. Y también Miquel Puig, que de persona de confianza de Antoni Subirà en Industria, con Jordi Pujol de presidente, ha acabado en ERC como independiente, eso sí, sin dejar su despacho en el Consorcio Universitario, cargo para el cual fue designado por Artur Mas, y que compagina con la concejalía en Barcelona y el restaurante que tiene en Falset (Priorat).
Otro socialista que se ha pasado al independentismo ha sido Ferran Mascarell. Militante de joven en Bandera Roja, tuvo numerosos cargos como dirigente del PSC. Incluso optó a ser alcalde de Barcelona para sustituir a Joan Clos. Artur Mas lo fichó, por sorpresa, como consejero de Cultura del primer gobierno procesista.
Desde hace unos años es el encargado de las ponencias ideológicas, tanto
del PDECat (la nueva CDC) cómo de la Crida que promueve Carles Puigdemont. Durante las presidencias de Puigdemont y Quim Torra
fue el delegado de la Generalitat en Madrid. Ahora, Ferran Mascarell
vuelve a ser regidor en Barcelona, pero esta vez, bajo las siglas de
JxCat. Un caso parecido es el de Marina Geli, que ha pasado de ser
consejera de Salud con el PSC, a seguidora de Puigdemont y figurar en
las listas electorales." (El Triangle, 17/10/19)
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