30/7/19

Gregorio Morán: la burguesía catalana se ha hecho el harakiri... - ¿Catalunya ya no tiene poder? Ninguno. Yo dudo que lo tuviera pasada la Transición pero había que mantener las forma...

"(...) - ¿Qué nos ha pasado a los catalanes?

Ya estaba todo. Sencillamente había que sacar eso que aquí llamamos las esencias y se produjo un fenómeno curiosísimo que venía ya de lejos. Aquí este país siempre ha estado dominado por las clases dominantes más conservadoras.

- ¿Este país se refiere a Catalunya?

Sí, el otro también pero de otro manera.

- Me alegro que lo diga porque yo a veces digo este país referido a Catalunya y tengo algún lector que dice que Catalunya no es un país.

Desde el espíritu de Cambó, no digamos ya de Prat de la Riba… ha llegado un momento en que las clases dominantes se vieron peligrosamente afectadas pero no porque los anarquistas plantearan la rosa de fuego ni cosa similar, sencillamente porque quebraban y el estado ya no estaba en su poder de sustentarlo.

- ¿Pero las clases dominantes se refiere a la burguesía catalana?

Sí, sí, me refiero a la alta burguesía catalana.

- ¿El proceso es un invento de la alta burguesía catalana?

No, pero es una consecuencia entre otras cosas de la edad, es una consecuencia de Millet, del espíritu de Millet. Millet no era solamente Millet, ¡era el espíritu!, aquel espíritu de cuando me lo presentan me da la mano, yo me vuelvo y quien me lo presenta, que es un oligarquilla de aquí, me dice: “es un estafador, ¿eh?”.

- ¿Se lo dijo abiertamente?

Sí, sí, era absolutamente público y notorio. Era ‘su estafador’, para entendernos. Entonces todo eso se viene abajo con las genialidades políticas. Porque claro Pujol era un genio de la chapuza, estuvo 23 años tapando agujeros y llenándolos. Y si no que se lo pregunten a los ‘grandes’: Prenafeta, Macià Alavedra, a todos hasta a Artur Mas. 

Entonces llega Mas que evidentemente era en política lo más parecido que se podía considerar en la política española a Ferrer Salat -presidente de la CEOE- que llegó a disputarle a Adolfo Suárez la primacía de la derecha. Fue un hombre clave al que conocí muy bien, hombre clave en la liquidación de Adolfo Suárez, pero tuvo esa capacidad especial que tienen a veces las oligarquías para hacerse el harakiri pensando que matan al otro.

- O sea que la burguesía catalana se ha hecho el harakiri.

Se ha hecho el harakiri absolutamente. Entonces proliferaron personajes que no conocía nadie como Puigdemont, Torra, Quico Homs, las sextas filas porque no son ni la segunda ni la tercera fila, son las sextas filas.

- Pero esto es también porque se produce un vacío de poder. La generación política que hizo el Estatut desaparece -solo sobrevive Mas- y la generación que ha hecho el proceso en cierta manera también desaparece: o están huidos o están en la cárcel.

Es un vacío de poder porque ya no hay poder, es decir, el vacío de poder no es que se mueran esas generaciones porque no se mueren, están vivitas y coleando, y si no que se lo pregunten a Narcís Serra. Pero se dedican a otra cosa, se dedican evidentemente a lo que era la ilusión de su vida: a hacerse ricos y si es posible, muy ricos.

- ¿Catalunya ya no tiene poder?

Ninguno. Yo dudo que lo tuviera pasada la Transición pero había que mantener las forma. Y las formas se llamaban las cuotas. Es decir, aquello que Franco supo hacer tan bien: eso de que tres ministros que sean catalanes, Suárez lo mantuvo, Felipe también, con el PP empezó la cosa a hacer aguas. Como Aznar hablaba catalán en la intimidad pues entonces creyó que no era necesario. 

Una cosa que caracteriza a la oligarquía española, es el desconocimiento absoluto de sus vecinos y vecinos fraternales, socios, colegas, compadres de la burguesía catalana, de la alta burguesía catalana, que eran los mismos que hablaban castellano en su casa y si no que se lo pregunten al gran Trias, todos aprendieron catalán rápidamente gracias a la Constitución del 78 y gracias a que la situación iba para ellos mejorando y era imprescindible hablar catalán.

- ¿El proceso es un ataque de cuernos? Eso que decía de los ministros.

No, no es vacío de poder, es ausencia de poder. Evidentemente genera un fenómeno populista curiosísimo que es apelar a las tradiciones carlistas de este país y decir que nuestras tradiciones han sido atacadas y vulneradas y que si nosotros pudiéramos seríamos mucho más de lo que somos. (...)"            (Entrevista a Gregorio Morán, Xavier Rius, director de e-notícies, 21/07/19)

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