"Articulista en El Español y Muy Interesante, Cristian Campos (Barcelona, 1973) es una de las voces más divertidas e irreverentes del periodismo actual.
(...) no duda en afirmar que cierta izquierda ejerce de “pagafantas del caciquismo periférico” o en que el catalanismo moderado no es más que “fanatismo por desarmarizar”.
En un artículo reciente, no duda en afirmar que cierta izquierda ejerce de “pagafantas del caciquismo periférico” o en que el catalanismo moderado no es más que “fanatismo por desarmarizar”.
En un artículo reciente, señalaba que Cataluña es una “anomalía democrática”.
Lo es. O mucho me equivoco o Cataluña es la única
región europea en la que se impone en las escuelas la lengua minoritaria
y se margina la mayoritaria; en la que el Gobierno organiza golpes de
Estado contra la mitad de sus ciudadanos; en la que los señoritos llaman
“colonos” a los emigrantes que llegaron a la región para plancharles
los calzoncillos; y en la que se defiende, desde las instituciones, las
asociaciones civiles y los medios de comunicación, una versión autóctona
de esa vieja xenofobia nacionalista contra la que se construyó Europa y
que por aquí llaman “catalanismo” para disimular sus raíces fascistas.
Y, por si eso fuera poco, es una región en la que la
gente se pone jaulas de color amarillo en la cabeza, se planta en la
puerta de una cárcel para desearle buena noche a los presos con un
megáfono o considera un héroe a un tipo que huyó en el maletero de un
coche traicionando a la mitad de sus compañeros de Gobierno. Quiero
decir, que lo he llamado “anomalía democrática” porque soy un tío fino:
esto en realidad es un puto frenopático. (...)
¿Y por dónde pasa la solución (si es que la hay) al conflicto catalán?
No tiene solución. El victimismo, la creencia en
mentiras confortables y la xenofobia son pulsiones humanas básicas, y
pocas ideologías las canalizan mejor que el nacionalismo. Cataluña es
una comunidad fallida y lo demuestra el hecho de que han sido dos los
virus que han hecho mella en ella: el populista de extrema izquierda,
encarnado en Ada Colau, y el nacionalista, del que ya hemos hablado.
Ambos, además, se retroalimentan y se alían para taponar cualquier tipo
de brecha por la que pueda penetrar la modernidad en Cataluña. Cataluña
resistirá mientras el Estado la mantenga con respiración asistida en la
UCI a base de préstamos, componendas y concesiones. Pero su final está
cantado. El nacionalismo es un virus lento, pero mata todo lo que toca, y
Cataluña no será una excepción." (Entrevista a Cristian Campos, Óscar Benítez, El Catalán.es, 19/05/19)
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