"El suicidio del PDECAT se estudiará en el futuro en la universidad. Lo que no sé es si en las facultades de ciencias políticas o en las de psiquiatría.
En el 2012 -antes de que Mas avanzara elecciones- mandaban en la
Generalitat, en el Ayuntamiento de Barcelona, en las cuatro diputaciones
y tenían 16 diputados en Madrid.
¡Lo nunca visto!
Menos de una década después en Barcelona han pasado de diez concejales a cinco y han perdido 80.000 votos de una tajada. Son irrelevantes hasta para formar gobierno. No como los de Valls.
En el área metropolitana -que ha visto la resurección del PSC- han sido prácticamente barridos.
Cero en l'Hospitalet, en Santa Coloma, en Cornellà, en Esplugues, en
Sant Boi, en Sant Vicernçs dels Horts, en Sant Andreu de la Barca, en
Sant Esteve Sesrovires.
¡Han perdido incluso la alcaldía emblemática de Sant Cugat tras 32 años! (...)
En fin, a la lenta agonía del PDECAT han contribuido también los bandazos ideológicos.
Ni Mas ni Trias eran indepes. Mas todavía renegaba de la independencia en el libro de Pilar Rahola. Y es del 2010. No hace tanto tiempo. “CDC no lleva la independencia en el programa porque perderíamos
votos. Sería un héroe, pero en lugar de 60 diputados, sacaría 30” (1)
¡Que clarividencia, Artur!
Y Trias en el que le hizo su sobrino, Jordi Cabré, en el 2010: Barcelona vista per un metge. “En el tema de Catalunya y España, entiendo que lo hace falta es serenidad y estrategía”, decía (2).
Lo debe decir por Mark Serra, del PDECAT, que ayer casi se lía a tortzas con los Comunes.
¿En que se ha convertido el PDECAT?
Hay que dejar una cosa clara: lo de que el proceso es de arriba a abajo es una posverdad como una catedral. Es cierto que un sector del catalanismo se ha vuelto indepe pero promovido desde Palau y TV3. Lo admite hasta el fue ecretario de comunicación del Govern durante
cinco años: “Fue espoleado por el soberanismo institcional y político
que aspiraba y aspira a sacarle provecho" (3). Mas creó una ola y luego pensó que podía surfear encima de ella
¡Que inmenso error de cálculo!
Luego está el culebrón con los cambios de nombre. La cosa empezó en el congreso de julio del 2016 para maquillar la imagen de Convergencia. Se consideró que el nombre, tras el caso Palau, estaba suficientemente quemado. Recuerdo que Jordi Cuminal, al mando de la operación blanquo, propuso dos: Més Catalunya y Catalans Convergents. Creo que tras pagar un pastón a un estudio de diseño. Se lo tumbaron en uno de los primeros rapapolvos a la dirección algo
inaudito en un partido disciplinado hasta entonces como Convergencia..
Se debatieron más nombres: Junts per Catalunya, Partit Demòcrata Català y Partit Nacional Català.
En la última votación se impuso Partit Demòcrata Català incluso contra el criterio de Artur Mas.
Pero el Ministerio del Interior tumbó también la inscripción porque ya había Demòcartes de Catalunya, la escisión de Unió. Los de Convergencia vieron una operación de Estado -como en las investigaciones del 3% o la elección de Colau- pero acabaron tragando.
Rebautizaron el partido con el nombre defnitivo de Partit Demòcrata Català Europeu (PDECAT).
En catalán suena un poco a pet: ventosidad intestinal, pero bueno ellos sabran. Tambén está la expresión ha fet un pet: muerte súbita.
En fin, ahora hay el PDECAT, JxCAT y la Crida de Puigdemont. Que lío.
No se sabe cómo acabará todo. Presuntamene a navajazos. El nombre de PDECAT está tan quemado que muchos alcaldables -por
ejemplo el de mi pueblo- han preferido concurrir con nuevas siglas:
Junts per Martorell. Finalmente están, por supuesto, los casos de corrupción. Es el único partido de toda Europa occidental que el presidente y el secretario general dimitieron en un intervalo de diez días. Jordi Pujol el 15 de julio del 2014. Oriol Pujol Ferrusola el 25 del mismo mes y años.
El segundo cumple condena -con trato de favor- en can Brians por el caso de las ITV. En CDC lo negaron hasta el último minuto. Guardo todavía los comunicados de condena. "Oriol Pujol Ferrusola no ha formado parte, ni forma parte, de ninguna trama corrupta", rezaba el del marzo del 2014. ¡Hasta lo escoltaban en sus comparecencias ante el juez los
mandamases del partido!: Rull,Turull, Lluís Corominas, Francesc Sánchez.
Recuerdo que La Vanguardia sacó en el 2016 un gráfico con todos los casos de presunta corrupción y salían casi media docena.
En fin, nadie ha contribuido más a hundir Convergencia que Artur Mas. Quizá deberíamos añadir también su hombre de confianza: Francesc Homs. “El dueño de Palau”, lo bautizaba algún periodista pelota. “El estratega del proceso”. Si se descuidan. Yo, lo que no entiendo de Mas, es que con este balance siempre ríe. Y que el hombre todavía medite un eventual regreso en cuanto termine su condena por inhabilitación el 23-F del 2020.
Me recuerda -salvando todas las distancias, por supuesto- a la sonrisa de Nixon cuando lo echaron por el Watergate." (Xavier Rius, director de e-notícies, 16/06/19)
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