"Catedrática emérita de filosofía
de la ciencia (UAB), ha escrito sobre las revoluciones científicas. (...) Forma parte de Federalistes d’Esquerres.
¿Qué es la autodeterminación?
¿Un derecho? ¿Una declaración de intenciones? ¿Un acuerdo más o menos
explícito? ¿Un texto legal, sujeto a interpretaciones?...
Creo
que es un derecho, reconocido internacionalmente, que se consideró o
reivindicó como algo aplicado a territorios que eran colonias de otro
país, o que vivían situaciones de guerra. Creo que se fijó en las
Naciones Unidas, como algo muy concreto y aplicable a una serie de
circunstancias, que en el momento de la descolonización no eran nada
difusas.
Seguramente, el papel de la Unión Soviética fue para ello
relevante. Y, en cualquier caso, los partidos comunistas incorporamos a
nuestros programas el derecho a la autodeterminación, dando por supuesto
que se refería a las colonias.
¿Sin embargo, los derechos no son algo individual e intransferible?
Los derechos son individuales, me parece a mí.
Se pueden reivindicar o ejercer colectivamente, como el derecho a
huelga, pero se refieren a las personas. Determinados colectivos tienen
reivindicaciones comunes al colectivo.
Lo que pasa es que la
identificación de un colectivo con el “Pueblo”, la “Nación”, el “Estado”
es una inferencia en los derechos. No hay ninguna lógica que lleve a
ello. “Pueblo” es un concepto difuso que, comúnmente, se entiende como
un conjunto de individuos que viven en un territorio. En alemán (Volk) se asocia a nación. De ahí, la querencia nacionalista por el del término.
¿En Cataluña quiénes
son el “poble catalá”? ¿Todos los que vivimos en Cataluña? ¿Los que se
expresan comúnmente en catalán? ¿Los nacionalistas?
Hasta Jordi Pujol reconocía que catalán es
quien trabaja y vive en Cataluña. La idea de “pueblo”, que es una
reminiscencia del romanticismo alemán, a nivel de debate político me
parece espurio, y no nos sirve en estos momentos.
Del “derecho a la autodeterminación” al “dret a decidir” ¿Para seguir rizando el rizo?
Yo diría que la expresión “derecho a decidir”
es una expresión sin significado. Cuando dicen que el 80% de los
catalanes están a favor del derecho a decidir, me cuesta mucho aceptar
que esa gran mayoría de los que vivimos en Cataluña están de acuerdo en
algo que no tiene significado. Es casi una broma.
Para que tenga
significado, tenemos que ponerle un sujeto: quién tiene derecho y a qué.
Digamos, ¿El pueblo de Cataluña?, ¿A qué tiene derecho? ¿A separarse de
España? Eso es el derecho de autodeterminación, que sí tiene
significado pero que está referido a otras realidades que no son la de
Cataluña que, afortunadamente, no es una colonia, ni está en guerra.
Previamente a formular lo del derecho a la autodeterminación, habría que
preguntar ¿Cree Ud. que Cataluña es una colonia de España? Si dice que
sí, solamente hace falta citarle una serie de artículos de Andreu MIssé,
en “Alternativas Económicas” donde hay datos concretos que dicen que
Cataluña es uno de los territorios más ricos de España y de Europa. Yo
creo que a la mayoría de la gente ni les gustaría que se les dijera que
son una colonia.
¿Por qué este recurso
al derecho a la autodeterminación, retorciendo su sentido, cuando tan
sencillo es decir “queremos la independencia, y punto”?
Una parte de quienes no pertenecen al mundo
independentista de siempre y que desconocía que era el derecho a la
autodeterminación, se inventó el eufemismo el derecho a decidir, que
parece más fácil de entender. Si se le pregunta a la gente, ¿Estás de
acuerdo con el derecho a decidir?, sin añadir nada, la gente contestará
que sí ¿Quién no puede estar de acuerdo con el derecho a decidir sobre
cualquier cosa? Como el asunto no significa nada, todo el mundo está de
acuerdo.
En cualquier caso, lo del derecho a decidir ya no lo dice casi
nadie, excepto Podemos, los Comunes, y vaya lío tienen.
Llama también la atención la confusión entre derechos, la decisión de ejercerlos, la forma en que se hace, cuando se hace…
Decía que el derecho a la autodeterminación se
puede considerar que existe, pero no es aplicable donde se quiere
aplicar. O sea, que punto final. Otra cosa, es el referéndum ¿Estás de
acuerdo con que se haga un referéndum? También es difícil decir que no.
Parece que lo que se plantea es hacer un “referéndum de independencia”,
con lo cual la respuesta casi está implícita en la pregunta. Pero vistos
los referéndums (pensemos sobre todo en el Brexit), no parece
precisamente ser un buen instrumento democrático para dilucidar las
diferencias en una sociedad. Si, a ello le añadimos el significado
binario, con que lo plantean los independentistas, la cuestión se
agrava.
Los problemas hay que resolverlos a través de la negociación,
del pacto… en el que todo el mundo tiene que ceder y, al final, todos
han perdido y han ganado un poco. En cualquier caso, tras haberse
acordado, los pactos se refrendan. Además, recurrir al referéndum para
resolver cuestiones de tanta trascendencia como separarse de un país, no
deja de ser un disparate.
Por añadidura, como
así ponen de manifiesto bastantes ejemplos, como los de Escocia y
Canadá, si el resultado de un referéndum no es favorable a los que lo
promueven, se vuelve a reeditar…
Esto no tiene límite. Si, como el Brexit, sale
adelante sus mentores lo consideras irreversible. Si no es así, vuelven
a convocar otro, y santas pascuas. Encima, suele ser habitual que
quienes proponen los referéndums suelen ser los más ricos. Hay casos de
barrios que quieren segregarse de una ciudad por interés.
Alcobendas y
Cerdanyola del Vallés se lo han planteado. Parece una broma, pero si la
Tabarnia de Boadella, se plantea hacer un referéndum si hay otro ¿Por
qué no? Es como volver a los reinos de Taifas en un mundo globalizado,
en el qué para resolver problemas comunes, como el cambio climático, las
migraciones, las finanzas…, lo que necesitamos es más unión en Europa y
en el mundo.
El discurso nacionalista catalán está determinado por la dicotomía España-Cataluña, obviando la contradicción Cataluña-Cataluña…
La izquierda tiene que innovar sus argumentos.
La derecha dice que el problema radica en la unidad de España, algo que
a algunos como yo nos motiva poco, como tampoco nos motiva lo del
“poble de Catalunya”.
Pero más allá de todo esto está por ejemplo la
equidad de los ciudadanos que viven en España. No digo igualdad, sino
equidad. Podemos ser distintos, pero no queremos inequidad entre
territorios. Y en Cataluña, es evidente, estamos enfrentadísimos. Hay
gente que se ha dejado de hablar, reuniones que se hacían y ahora no se
hacen, silencios….
¿Cómo se puede interpretar la ignorancia, el ninguneo o como se le quiera llamar del nacionalismo a la otra Cataluña?
Desde Federalistes, creo que hemos construido
una opción, pero quizá nos hemos manifestado poco, posiblemente porque
desde la izquierda tampoco habíamos pensado que pudiéramos llegar a
estos límites.
Hay un debate pendiente que es de la cultura, el de la
lucha por entender la realidad para transformarla. Cosa que, en
Cataluña, pasa por ver y asumir nuestra pluralidad. Hay que superar la
apropiación que ha hecho el nacionalismo de muchas cosas, que nos ha
hecho perder el sentido de la realidad.
¿Y la izquierda que pinta en todo esto?
Me preocupa, precisamente, el papel de la
izquierda en esta lucha cultural y política ¿Cómo puede ser que Podemos y
Comuns hablen de presos políticos? La comparación de los que fueron
presos políticos y exiliados en el franquismo me parece una falta de
respeto. Y no solo por eso, sino por el propio concepto “preso
político”. Un preso político es quien le encarcelan o le detienen por
sus ideas.
Si así fuera, tendrían que estar detenidas miles de personas.
Los presos del “Procés”, lo son por los actos que han realizado. El
cómo se califica lo que has hecho es otra cosa. Nadie le ha pedido a
nadie, por ejemplo, que alguien deje de ser independentista ¿Es que
Carrillo cuando se hizo pragmático, dejó en algún momento de ser
comunista?
Al final… ¿Pactar?
Pactar sí, pero no un referéndum que es jugar a
la ruleta rusa, sino hacerlo de modo permanente, cediendo, sin prisas…
Aquello de “tenemos prisa” suena un poco absurdo ¿Prisa de qué? Y ahora,
después de tantas fechas, resulta como un sarcasmo. En tal sentido,
pediría a la izquierda que fuera valiente, y no tuviera ningún complejo
en decirles a los nacionalistas no a lo del derecho a la
autodeterminación." (Entrevista a Anna Estany, Peru Erroteta, Crónica global, 12/05/19)
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