"(...)Cita que para el nacionalismo fue fundamental la Ley de
Política Lingüística que Pujol en 1998 incluyó como intocable en los
Pactos del Majestic con José María Aznar. ¿Qué consecuencias tuvo este
acuerdo?
Tuvo consecuencias directas e indirectas. Directas porque allí empezó
un proceso de discriminación del castellano que ha abocado a una
situación homologable pero al revés, a la del franquismo.
Indirectas porque la lengua sirvió de ariete para el proceso de nacionalización de la educación en su conjunto.
Y de más alto alcance porque fue un ejemplo de la estrategia de
hechos consumados característica de Pujol y que pasó desapercibida por
su habilidad para jugar con dos barajas.
Una de ellas antitética de la función institucional que le correspondía.
Quiero recordar, también a modo de homenaje a una persona de una
trayectoria intelectual y humana ejemplar, las palabras del historiador Gabriel Jackson
respecto a la ley de política lingüística: «cuya principal función ha
sido la de evitar el debate sobre la verdadera naturaleza de la alianza
del gobierno entre CiU y el PP.
De hecho, todo este ejercicio ha sido una ilustración de libro de
cómo la izquierda (PSC, IC) cae en la trampa de suponer que el
nacionalismo la acercará al electorado, y de cómo la derecha se las
apaña para desviar la atención de los problemas reales hablando de
“esencias” nacionales, “hechos diferenciales”, etcétera». (...)"
(Entrevista a Martín Alonso Zarza, doctor en Ciencias
Políticas, licenciado en Sociología, Filosofía y Psicología, formó
parte del grupo de expertos de la Escuela de Paz de Bakeaz (Bilbao), Adelaida del Campo, ConfiLegal, 13/01/19)
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