"(...) Del libro también se desprende una decepción personal con sectores progresistas por su connivencia con el ‘procés’.
La izquierda ha fallado desde que ICV apoyó la declaración de soberanía del 23 de enero de 2013
que reclamó el derecho a decidir invocando la soberanía del pueblo de
Catalunya. Fue un error histórico porque era una sumisión a un
planteamiento nacionalista clásico y, por tanto, derechista.
El
exsecretario general del PSUC Antonio Gutiérrez Díaz dijo: "Catalunya es
de todos y no dejaremos que nos la arrebaten aquellos que con
nacionalismos extremos y provocadores quieren utilizar la bandera
catalana para esconder sus intereses de clase".
Este planteamiento es ajustado y
riguroso, pero los responsables de ICV no lo siguieron y cometieron un
gravísimo error del que luego se han distanciado. Pero representó un
apoyo a los independentistas cuando se tenía que haber tenido una
actitud crítica: ICV unió sus fuerzas a CDC, su antítesis en todos los
sentidos. Y de aquellos barros, estos lodos. (...)
¿Ve adecuado que Pablo Iglesias se refiera a Oriol Junqueras y al resto de encarcelados como "presos políticos"?
Es un error manifiesto porque no es así.
Junqueras y el resto de presos son personas que llevan muchos años, como
mínimo desde 2013, planificando de forma fría, serena y perfectamente
calculada el proceso que tendría que haber conducido a la ruptura de
Catalunya con España. Desde el ejercicio del poder, políticos electos y
no electos tomaron decisiones sobre el futuro de Catalunya.
Y digo no
electos porque la ANC y Òmnium son dos asociaciones civiles que me
merecen todo el respeto pero que tienen el mismo valor que una
asociación de vecinos y no tienen ninguna legitimidad democrática para
constituirse como poder de Catalunya.
Además, los políticos electos han
ejercido el poder en virtud de unas elecciones con una ley electoral que
sigue siendo la ley electoral española. No han querido hacer una ley
electoral propia catalana.
Frente a las quejas y menosprecios que dicen
sufrir de las instituciones del Estado español, a la ley electoral
española le tienen un cariño loco porque les garantiza una mayoría que
de otra forma no tendrían. (...)
(Entrevista a Carlos Jiménez Villarejo, exfiscal anticorrupción, Oriol Solé Altimira, eldiario.es, 01/12/18)
No hay comentarios:
Publicar un comentario