"(...) El verdadero valor de Quim Torra es que personifica bastante bien el procés,
un movimiento político supremacista, guiado por gente con pureza
étnica, creador de un enemigo que no existe en la realidad, de constante
lamento por un infortunio inexistente, negador de la lucha de clases y
de bondad religiosa que todos sabemos significa no dar oportunidad al
discrepante. Como todo movimiento supremacista, en él anida la
perfección, la historia que lo contradiga directamente se niega ó
tergiversa y el mal existe porque no manda en exclusiva.
Joaquim Torra i Pla es el espejo de esas clases
bienestantes y autosatisfechas, cercanas a trabajos del sector público y
sus subvenciones, que sienten envidia y odio hacia las élites pero,
sobre todo, sienten un gran y repugnante desprecio por las clases menos
acomodadas en las que sólo ven defectos. Ahí está el grueso de los
fieles al procés.
La gran virtud de este político secundario (ojo, que
fue director de Born Centre Cultural, presidente de Ómnium anterior a
Jordi Cuixart y cuarto candidato más votado a presidir la ANC) es que
sus escritos, tweets y manifestaciones verbales le retratan con
claridad, y, de paso, retrata a todos los que le han convertido en
presidente de la Generalitat.
De sus últimas frases vale la pena destacar, al menos, dos:
1) El pasado 15 de octubre emitía un tweet que
contenía la siguiente expresión, en referencia al fusilamiento de Lluís
Companys: “va ser assassinat per l’Estat Espanyol“. El consenso era que a
Lluís Companys le asesinó el régimen franquista.
De hecho, Lluís
Companys fue presidente de la Generalitat con el reconocimiento y
soporte legal del Estado Español durante la 2ª República. Ya es habitual
que los guías espirituales del procés
retuerzan la historia en busca del mensaje que quieren insertar en sus
fieles, en este caso, que el Estado sigue siendo franquista y sólo ellos
HAN SIDO antifranquistas, negando de paso al movimiento obrero y
partidos de izquierda de ámbito español.
El franquismo hizo todo lo posible para negar la existencia misma de la II República. En la misma dinámica, los activistas del procés están volcados en ocultar cualquier apoyo católico-catalanista al régimen franquista.
En el caso Lluís Companys, cabe recordarles que uno de
los acusadores fue Carlos Trias, jefe provincial de Falange y tío de
Xavier Trias, que, siendo alcalde de Barcelona, nombró a Torra director
de Born Centre Cultural. Vaya con el pasado franquista de quienes hoy
tienen la cretinidad de afirmar que, tras 40 años de restaurada la
Generalitat, en el Estado Español sigue imperando el franquismo más
rancio.
De la familia de Torra no se sabe mucho pero, dado que
su padre era ingeniero químico y que él y sus hermanos estudiaron en
los Jesuitas de Sarrià a principios de los 70, no se puede esperar mucha
oposición al régimen franquista. A quien sí conocemos es al abuelo de
Puigdemont que, en vez de luchar por la República, huyó para ser el
cocinero franquista de la cárcel de Burgos.
De Pujol, Mas, Turull, Rull,
Junqueras, Rahola, Llach y tantos otros podemos decir casi lo mismo.
Respecto a Pere Aragonés y los hoteles que construía su abuelo al estilo
Jesús Gil hablaremos otro día.
2) El pasado 25 de octubre El Periódico titulaba con la siguiente frase de Torra: “Es una infamia. El Supremo abre juicio oral contra más de 2,3 millones de catalanes“. Aunque en realidad no dijo literalmente esa frase sí dijo palabra por palabra: “los catalanes no vamos a aceptar en absoluto ninguna sentencia que no sea la libre absolución“.
El Sr. Torra y todos los partidarios del procés
olvidan malintencionadamente las manifestaciones de catalanes el 8 y 29
de octubre de 2017. El Sr. Torra y todos los partidarios del procés
olvidan malintencionadamente que si el voto de cada catalán valiera lo
mismo ellos no tendrían mayoría absoluta en el Parlament, al igual que
en junio de 2016 los independentistas sólo consiguieron 17 de los 47
diputados catalanes en el Congreso.
Ignorar los datos que no te favorecen y no reconocer
como ciudadanos propios a aquellos que no comulgan con tus deseos es la
línea del American First de Donald Trump, de lo
que predican Bolsonaro, Salvini y tantos otros. Es la misma extrema
derecha que lleva ya años dirigiendo la Generalitat, una extrema derecha
que ya se ve tan segura que no tiene ningún problema en apoyar como
presidente a un político secundario como Quim Torra, incapaz de ocultar
sus fobias y su mediocridad.
Y es que Quim Torra se merece ser presidente de una Generalitat que ha puesto todo su empeño y crédito en el procés. Él es, en sí mismo, la personificación del procés.
Varios periodistas catalanes le han dedicado a Torra adjetivos tales
como intransigente, hispanófobo, reliquia de un independentismo de raíz
étnica, esencialista, ultranacionalista, católico.
De momento, han
conseguido que a la Generalitat, la institución, ya no la consideren
todos los catalanes como suya. Todo un éxito (...)"
(Pedro Fernández Herrero, Vicepresidente de Alternativa Ciudadana Progresista, Crónica Popular,03/11/18)
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