"(...) Entrando en el delirio
Sin embargo, la manipulación entra en un segundo nivel con entidades como el Institut Nova
Història, dedicada al revisionismo histórico. “Han dado un salto
cualitativo que se ha dado también en otras historiografías en Europa,
sobre todo, a medida que el movimiento político al que defendían se
radicalizaba más”, subraya este historiador.
“La manipulación de la historia tradicional en Cataluña se basa en que en la Edad Media éramos una superpotencia y la sociedad más avanzada y democrática de Occidente
y que esto se vino al traste en el momento en nos empezamos a mezclar
con los castellanos, a partir del compromiso de Caspe en 1412. Todo ello
derivó en un cúmulo de agravios por parte de Castilla, por lo que la
manera de desarrollarse como pueblo es quitarse de encima a los
castellanos”, resume.
Hay una exageración clara de lo que los catalanes
eran en la Edad Media, primera democracia, primer parlamento, … “No se
sostiene, pero la gente se lo cree”, advierte Uceda.
Sin embargo, al Institut Nova Història “esto le
parece poco, sobre todo teniendo en cuenta que a quien se ataca tiene
una historia que está por encima de la nuestra”, afirma. “Lo que hace
entonces es asumir los referentes históricos del otro lado y quedárselos”.
La filosofía de esta fundación, aclara a este medio el presidente de Historiadors de Catalunya se centra en que “el Estado Español en los siglos XVII y XVIII se avergonzó de que el Siglo de Oro era realmente catalán, porque los referentes eran catalanes, y lo que hizo fue destruir todos los fondos documentales de Simancas, donde están los archivos históricos, y reescribirlos
diciendo que eran castellanos los autores de los hechos”.
Una idea
delirante, que no pasaría de mera anécdota sino fuera porque el
manifiesto de Nova Historia “fue firmado por buen número de figuras con
poder como Jordi Pujol, Ramón Tremosa, Josep Rull o Miquel Calçada”,
recuerda este historiador.
El problema no es “que sea un grupo de frikis”,
destaca Óscar Uceda, sino que “tengan detrás a gente con poder político.
Esto da miedo”.
Se ha llegado a tal punto que el Ayuntamiento de Pals conmemora la salida de las naves de Colón de esta localidad y en la Universidad Autónoma de Barcelona hay una sección en la biblioteca que está dedicada a la historia de los Països Catalans, un ente que no existe y no ha existido nunca históricamente.
Como en la Alemania nazi
Semejante manipulación de la historia, sin embargo, no es nueva. "Esto ya lo hicieron los nazis en 1935”,
recuerda Uceda. “Himmler creó un instituto, Ahnenerbe, que hizo lo
mismo. Cuando se dieron cuenta de que su historia no se podía comparar
con la italiana, empezaron a inventarse un pasado mítico y llegaron a
decir, incluso, que Jesús de Nazaret era de raza aria. Con Nova Historia
está pasando algo parecido”.
Con una falsa historia y una mayoría de profesores afín,
gracias, entre otras cosas, a la ‘purga’ que hizo que en 1986, por el
tema de la lengua, salieran de Cataluña 14.000 profesores, no es raro
que el número de independentistas no haya dejado de crecer.
“Yo mismo lo
fui hasta los 20 años aproximadamente, y eso que entonces aún no había
empezado con fuerza la manipulación de los libros de texto”, cuenta el
presidente de Historiadors de Catalunya. “Se me quitó en la universidad
cuando empecé a hacerme preguntas. Tuve, además, un profesor muy bueno
que me dijo que siempre vigilara mucho, fuera a la fuente y
contrastara”, dice.
La maquinaria sigue en marcha y es imparable. “Hay mucha presión y muchas maneras de presionar”, lamenta.
“Tenemos profesores represaliados
con 30 años de docencia a sus espaldas”, cuenta este historiador que
recuerda que “a un docente de secundaria lo expedientaron por poner
textos complementarios a los de Alcoberro y negarse a quitar “esa mierda
de los alumnos” amparándose en su libertad de cátedra”. “Ganará los
juicios”, sentencia, “pero el daño está hecho”.
Y hay más ejemplos. “En
la universidad, casualmente, no se les renueva la beca a los alumnos que
no van en la línea”.
“Tienen el poder y lo ejercen sin pudor”, concluye Uceda, quien, sin embargo, subraya que “hay gente que aun siendo separatista enseña buena historia”.
Otros, no obstante, como el propio Jaume Sobrequés,
llegan a afirmar que la labor del historiador es el conocimiento de la
realidad pasada, pero teniendo muy en cuenta que se defienden los
intereses de la patria." (Eva Landín, El Plural, 21/10/18)
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