14/9/18

Director de e-notícies: A mí ya me perdonarán pero me pareció una Diada de consolación. El proceso ya no pide la independencia. Ahora el objetivo es la salida de los presos... Me temo que, a este paso, la próxima Diada será la de la frustración

"A mí ya me perdonarán pero me pareció una Diada de consolación. El proceso ya no pide la independencia. Ahora el objetivo es la salida de los presos. Para este viaje no hacía falta alforjas. Al fin y al cabo llevamos siete diadas históricas: 

 - Catalunya, nou Estat d’Europa (2012)
- Vía catalana (2013)
- La V (2014)
- Via lliure (2015)
- A punt (2016)
- La Diada del sí (2017).
- Fem la República catalana (2018)

Pero incluso la de este año es wishful thinking. ¿Qué República? ¿La de los ochos segundos? ¿La que no ha reconocido nadie? Es una república imaginaria. ¿No se dan cuenta de que están todo el rato con lo de “desplegar”, “implementar”, “construir”? Señal inequívoca de que no existe.

En su momento ni siquiera se atrevieron a arriar la bandera española de Palau o del Parlament. Salieron todos huyendo o se refugiaron en casas rurales. Hasta van con retraso porque la propia ANC situaba la independencia para el 2015.

A mí, tot plegat me pareció una poco friki la verdad. Basta ver la foto que ilustra este artículo. Aquello parecía Eurovisión. Ten points. Ya me perdonarán los asistentes. Incluidos todos mis vástagos. Espero, por el bien del padre, que no lean esta columna.

Confirma también que el nivel de la clase dirigente del procés ha ido bajando. Bastaba con ver los oradores. Tiraron de la sociedad civil o de abogados a sueldo. El letrado de Clara Ponsatí, Aamer Anwar, mezclando a Franco y el “terrorismo de estado”.  Seguro que ahora sube la minuta. Los de la caja de resistencia ya deben estar temblando.

El de Puigdemont, Ben Emmerson, pidiendo a Pedro Sánchez la libertad de los presos políticos. No tiene ni idea de la separación de poderes. A parte que debe confiar muy poco en su propio trabajo.
Un ciudadano alemán, Thomas Schulzde, asegurando que “hemos puesto contra las cuerdas al Estado español”. ¿Contra las cuerdas? ¡Pero si la mitad se dio a la fuga! ¡Y la otra mitad está encarcelada en prisiones catalanas!

El presidente de Òmnium, Marcel Mauri, proclamando que “no conseguirán dividir nuestra sociedad”. Coño, pero si ya está dividida. Por la mitad. Abierta en canal. Semejante afirmación solo confirma la idea que tienen de Catalunya. Es suya.

La mayoría de los que intervinieron padece ese curioso fenómeno que afecta a los partidarios del proceso y que los expertos denominan disonancia cognitiva  Aunque en este caso es colectiva. Como si alguien hubiera echado polvos mágicos en la zona. 

El propio Torra, entrevistado por TV3, declaró que "estoy orgullosísimo del pueblo de Catalunya”. (...)
En su opinión, el clamor “se ha oido en toda Europa”. Hasta la entrevistadora de TV3, Ariadna Oltra -que tampoco es Ana Pastor- tuvo que recordarle que ningún estado de la UE ha expresado apoyo alguno.

Pero no se amilanó, afirmó que se refería a “la ciudanía europea”. “Usted no sabe el grado de simpatía que nuestros exiliados despiertan en todos lados”, añadió. Debe ser en foros alternativos en Escocia o fiestas campestres en Suiza.

Sólo hay que ver el número de autoridades internacionales que asistieron a la recepción en la Casa de la República en Waterloo. Aquello parecía una costellada. Para hacer esto mejor no hagas nada.
En fin, la única que se dio cuenta del percal fue la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, que se apresuró a recordar que “no todo lo tiene que hacer la gente desde la calle, somos todos los que lo tenemos que hacer” en una velada indirecta al Govern.

Ello confirma dos cosas. La primera, que este no es un movimiento de abajo a arriba como siempre nos han vendido sino que alguien tiene que poner la otra mejilla.

Y ese es el problema. No hay en el bando indepe nigún George Washington, un Simón Bolívar o un Mahatma Gandhi. El Estado puede estar tanquilo: hay falta de liderazgo en el otro equipo.

Es cierto que el proceso ha arrasado con toda una generación. La mayoría ha desaparecido en combate.  Por culpa de causas judiciales, huida al extranjero o combustión personal. Pero el nivel de la nueva hornada es peor que el de la anterior.
El presidente de la AMI, por ejemplo, es ahora el alcalde del Port de la Selva, el convergente Josep Maria Cervera. La localidad tiene apenas mil habitantes en invierno. Dicho con todo el respeto para los mismos.

Los anteriores presidentes de la Asocicación de Municipios por la Independencia fueron Josep Maria Vila d’Abadal, entonces alcalde de Vic; el propio Carles Puigdemont cuando lo era de Girona y Neus Lloveras, de Vilanova i la Geltrú. Todos ellos ahora fuera de juego.
Me temo que, a este paso, la próxima Diada será la de la frustración."               (Xavier Rius, director de e-notícies, 12/09/18)

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