"A mí ya me perdonarán pero me pareció una Diada de consolación. El
proceso ya no pide la independencia. Ahora el objetivo es la salida de
los presos. Para este viaje no hacía falta alforjas. Al fin y al cabo
llevamos siete diadas históricas:
- Catalunya, nou Estat d’Europa (2012)
- Vía catalana (2013)
- La V (2014)
- Via lliure (2015)
- A punt (2016)
- La Diada del sí (2017).
- Fem la República catalana (2018)
Pero incluso la de este año es wishful thinking. ¿Qué
República? ¿La de los ochos segundos? ¿La que no ha reconocido nadie? Es
una república imaginaria. ¿No se dan cuenta de que están todo el rato
con lo de “desplegar”, “implementar”, “construir”? Señal inequívoca de
que no existe.
En su momento ni siquiera se atrevieron a arriar la bandera española
de Palau o del Parlament. Salieron todos huyendo o se refugiaron en
casas rurales. Hasta van con retraso porque la propia ANC situaba la
independencia para el 2015.
A mí, tot plegat me pareció una poco friki la verdad. Basta ver la foto que ilustra este artículo. Aquello parecía Eurovisión. Ten points. Ya me perdonarán los asistentes. Incluidos todos mis vástagos. Espero, por el bien del padre, que no lean esta columna.
Confirma también que el nivel de la clase dirigente del procés ha ido bajando. Bastaba con ver los oradores. Tiraron de la sociedad civil
o de abogados a sueldo. El letrado de Clara Ponsatí, Aamer Anwar,
mezclando a Franco y el “terrorismo de estado”. Seguro que ahora sube
la minuta. Los de la caja de resistencia ya deben estar temblando.
El de Puigdemont, Ben Emmerson, pidiendo a Pedro Sánchez la libertad
de los presos políticos. No tiene ni idea de la separación de poderes. A
parte que debe confiar muy poco en su propio trabajo.
Un ciudadano alemán, Thomas Schulzde, asegurando que “hemos puesto
contra las cuerdas al Estado español”. ¿Contra las cuerdas? ¡Pero si la
mitad se dio a la fuga! ¡Y la otra mitad está encarcelada en prisiones
catalanas!
El presidente de Òmnium, Marcel Mauri, proclamando que “no conseguirán dividir nuestra sociedad”. Coño,
pero si ya está dividida. Por la mitad. Abierta en canal. Semejante
afirmación solo confirma la idea que tienen de Catalunya. Es suya.
La mayoría de los que intervinieron padece ese curioso fenómeno que
afecta a los partidarios del proceso y que los expertos denominan
disonancia cognitiva Aunque en este caso es colectiva. Como si alguien
hubiera echado polvos mágicos en la zona.
El propio Torra, entrevistado por TV3, declaró que "estoy orgullosísimo del pueblo de Catalunya”. (...)
En su opinión, el clamor “se ha oido en toda Europa”. Hasta la
entrevistadora de TV3, Ariadna Oltra -que tampoco es Ana Pastor- tuvo
que recordarle que ningún estado de la UE ha expresado apoyo alguno.
Pero no se amilanó, afirmó que se refería a “la ciudanía europea”.
“Usted no sabe el grado de simpatía que nuestros exiliados despiertan en
todos lados”, añadió. Debe ser en foros alternativos en Escocia o
fiestas campestres en Suiza.
Sólo hay que ver el número de autoridades internacionales que
asistieron a la recepción en la Casa de la República en Waterloo.
Aquello parecía una costellada. Para hacer esto mejor no hagas nada.
En fin, la única que se dio cuenta del percal fue la presidenta de la
ANC, Elisenda Paluzie, que se apresuró a recordar que “no todo lo tiene
que hacer la gente desde la calle, somos todos los que lo tenemos que
hacer” en una velada indirecta al Govern.
Ello confirma dos cosas. La primera, que este no es un movimiento de
abajo a arriba como siempre nos han vendido sino que alguien tiene que
poner la otra mejilla.
Y ese es el problema. No hay en el bando indepe nigún George
Washington, un Simón Bolívar o un Mahatma Gandhi. El Estado puede estar
tanquilo: hay falta de liderazgo en el otro equipo.
Es cierto que el proceso ha arrasado con toda una generación. La
mayoría ha desaparecido en combate. Por culpa de causas judiciales,
huida al extranjero o combustión personal. Pero el nivel de la nueva
hornada es peor que el de la anterior.
El presidente de la AMI, por ejemplo, es ahora el alcalde del Port de la Selva, el convergente Josep Maria Cervera. La localidad tiene apenas mil habitantes en invierno. Dicho con todo el respeto para los mismos.
El presidente de la AMI, por ejemplo, es ahora el alcalde del Port de la Selva, el convergente Josep Maria Cervera. La localidad tiene apenas mil habitantes en invierno. Dicho con todo el respeto para los mismos.
Los anteriores presidentes de la Asocicación de Municipios por la
Independencia fueron Josep Maria Vila d’Abadal, entonces alcalde de Vic;
el propio Carles Puigdemont cuando lo era de Girona y Neus Lloveras, de
Vilanova i la Geltrú. Todos ellos ahora fuera de juego.
Me temo que, a este paso, la próxima Diada será la de la frustración." (Xavier Rius, director de e-notícies, 12/09/18)
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