21/9/18

20-S: el acelerador del ‘procés’. Lo ocurrido aquel día es clave para entender el itinerario judicial que ha tomado después la causa

"Faltaban pocos días para el referéndum de independencia y las espadas estaban en alto. Arropado por las movilizaciones del independentismo en la calle, el Gobierno catalán lo disponía todo para llevar las urnas a los colegios electorales. 

El Estado, mientras tanto, fiaba su respuesta al desafío a los tribunales: un juez de Barcelona investigaba los preparativos de la consulta y trataba de cortocircuitarla con registros quirúrgicos de la Guardia Civil. 

El 20 de septiembre de 2017, el juez decidió dar lo que parecía ser el mazazo definitivo al referéndum: ordenó la detención de 15 altos cargos de la Generalitat, incluidos dos de los arquitectos del procés: el número dos de Vicepresidencia, Josep Maria Jové, y el secretario de Hacienda, Lluís Salvadó.

La respuesta de los independentistas a la que fue bautizada como Operación Anubis fue inmediata. Guiadas por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium, miles de personas -llegaron a ser más de 40.000- se concentraron durante horas frente a la sede del Departamento de Economía, epicentro de los registros y situado, además, en el corazón de Barcelona. A mediodía, un intento de registro (fallido) a la sede de la CUP por parte de la Policía Nacional no muy lejos de allí caldeó aún más los ánimos.  (...)

Lo ocurrido durante esas horas -que sigue siendo objeto de controversia- es clave para entender el itinerario judicial que ha tomado después la causa contra los líderes políticos y sociales del independentismo.

 La secretaria del juzgado de instrucción número 13 de Barcelona tuvo que salir del edificio por una azotea y los agentes de la Guardia Civil se negaron a hacerlo por otro lugar que no fuera la puerta principal, donde tres de sus vehículos ya habían sido destrozados. Los líderes de la ANC, Jordi Sànchez, y de Òmnium, Jordi Cuixart, se subieron encima de uno de esos coches para pedir, megáfono en mano, poner fin a la concentración.  (...)

Convertida en icono, con una fuerza simbólica evidente, aquella imagen de Sànchez y Cuixart encima de un Nissan Patrol ha dado pie a interpretaciones contrapuestas. Para unos es una muestra del desafío a toda costa al Estado. Para otros, la prueba de que no merecen estar en prisión. El relato de la violencia que contienen los delitos de sedición y rebelión, en cualquier caso, se fraguó ese día, el 20-S.

La fiscalía de la Audiencia Nacional actuó de inmediato y presentó una denuncia por sedición. Las manifestaciones “tumultuarias” pretendían, además de impedir la acción de la justicia, “imponer el referéndum por la fuerza de la intimidación”. 

El 16 de octubre -una vez celebrado el referéndum y con la incertidumbre sobre la aplicación de sus resultados y una hipotética declaración de independencia-, la Audiencia Nacional tomó declaración a Sánchez y Cuixart y ordenó su ingreso en prisión. Ambos permanecen en prisión provisional, ya por orden del Tribunal Supremo, que asumió la causa. (...)"                (El País, 20/09/18)

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