"El candidato a president,Quim Torra, admira a los líderes de
Estat Català y asiste a sus homenajes: los hermanos Badia son “los
mejores ejemplos del independentismo”, dijo en 2011. Daniel Cardona, uno
de los “pioneros de la independencia”, ensalzó en 2014.
A Miquel Badia i Capell, el “capità collons”, le placía la violencia. Atentó contra Alfonso XIII en 1925, en el Garraf. En 1931, organizó los escamots
(milicias de uniforme verde), “fascistas” y “aprendices de nazis”, de
Estat Català, para “la lucha violenta” contra sus rivales (Joan B.
Culla). Eran unas “escuadras de acción de pura esencia fascista” (Arnau
González Vilalta).
Como comisario de Orden Público desde 1934 interrogaba “personalmente
a los detenidos mediante palizas, amenazas o reclusiones forzadas”
(Eduard Puigventós). En verano de ese año, arrestó sin mandato judicial
al fiscal de la Audiencia de Barcelona; el president Companys le destituyó, pero luego le repuso.
En la revuelta del 6 de octubre, se quedó quieto mientras detenían y
encarcelaban a Companys. Huyó despavorido por la alcantarilla del Palau,
al exilio. Junto a su conseller y jefe político,
Josep Dencàs, que acababa de declarar al diplomático italiano Alessandro
Masseroni “su entusiasta admiración por la ética del fascismo, cuyos
principios sustanciales espera poder realizar un día en Cataluña” (Arnau
González).
Brillaban otros líderes, como Manuel Blasi (igual que Cardona, de la
corriente Nosaltres Sols, Sinn Féin), que organizaría un complot a fin
de 1936 contra el repuesto Companys. Viajaban a Berlín y a Bruselas para
ver al criminal de guerra Alfred Rosenberg (colgado en Núremberg) y
otros capitostes nazis (Enric Ucelay) y pactar “ejercicios de
entrenamiento”.
Estat Català “se financió secretamente mediante el tráfico de
refugiados” antirrepublicanos (Ucelay): les esquilmaban pero mataban a
quien hurtase parte del botín. Cardona fue interrogado en Aragón sobre
los contactos con la Auslands-Organisation, NSDAP, la sección extranjera
del Partido Nacional Socialista alemán.
Y Dencàs fue a Italia a pedir al Duce su “apoyo” para “un Estado ¿fascista? catalán”, según un telegrama diplomático de Roma.
(Los nombres entre paréntesis corresponden a los historiadores que han estudiado este santoral). (Xavier Vidal-Folch, El País, 14/05/18)
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