El procesismo es un marco que devora a las izquierdas. Cualquier participación en ese marco supone trabajar para ese marco, que no es tuyo...

"(...) 23- Sobre el debate posterior. Como dice Lakoff, las políticas de marcos –esto es política de marcos–, no sólo no son de izquierdas sino que las izquierdas no saben hacerlas. 

En el debate, así, han lucido las derechas, mientras que las izquierdas han vuelto a lucir poco contra el marco chachi del procesismo, esa boca que engulle en su marco a todas las izquierdas que se aproximan o que, sin aproximarse, utilizan su léxico, en vez de chotearse de él.

24- El procesismo es un marco que devora a las izquierdas. Cualquier participación en ese marco supone trabajar para ese marco, que no es tuyo. Desde su formulación, en 2012, el marco procesista ha ido ganando componentes reaccionarios –supresión de IRPF por IVA, reducción de democracia a la mayoría, propuestas de supremacía del ejecutivo sobre el judicial–. 

El procesismo, la propagada cat, es más fuerte y mejor que la propaganda esp. Si fuera al revés, seguiría siendo una mala noticia. Un sistema propagandístico es el horror.

25- Chomsky señala que con Thatcher y Reagan se inició una nueva época. Una época en la que las mayorías votan contra sus propios intereses. Una época, por eso mismo, en la que la propaganda es básica para la percepción de las cosas. Tras casi 50 años, esa época está dando sus frutos. Ha muerto el tú, el otro.

 El otro es un competidor, un peligro, un enemigo. El siguiente paso, señala Chomsky, es la muerte de la realidad. La realidad no es necesaria. No en la política, esa esfera ya tan autónoma que en ella se puede decir o hacer cualquier cosa, sin que ello acaricie siquiera la realidad. La política es lo que dice la política. 

La política puede decir que hay un proceso de autodeterminación donde no hay nada de ello. Jamás ha sido tan importante, en años, la propaganda. Tanto que ya afecta a la vida. Uno es lo que dice, y no lo que hace. Un gobierno puede hacer lo contrario a lo que dice, lo que es un indicio de que los individuos se verbalizan por sus palabras, no por sus actos. 

Supongo que el procés es la manifestación de todo ello en la política, esa cosa que transcurre en otro sitio. En el mercado, me temo. Como nuestra propia vida, a pesar de nuestros tuits, que nos dan una identidad chachi. (...)"                                     (Guillem Martínez, CTXT, 12/05/18)