"Hay dos cosas peores que las opiniones de Quim Torra sobre los españoles. La primera es que los haya venido publicando en El Singular -ara El Món- y El Matí sin que hayan llamado la atención de nadie hasta ahora.
Si los publicaban deduzco que el director de cada medio los aprobaba y
los lectores los leían. Puesto que como ya conté empezó su carrera en e-notícies, espero que no nos colara ninguno.
El Singular, conocido por su proximidad a Convergencia, ha
tenido sucesivamente de máximos responsables a Jordi Cabré, Toni Aira,
Rafael de Ribot, Lluís Bou y Salvador Cot.
El mencionado Jordi Cabré, para situarnos, es sobrino de Xavier
Trias. Y Toni Aira era el tertuliano oficioso de CDC en los medios de la
Generalitat. Plaza en la que competía con Vicent Sanchis y Francesc
Marc Álvaro, entre otros. Ha acabado de director de comunicación del
PDECAT. Supongo que para intentar salvar los restos del naufragio.
El Matí fue impulsado por mi veterinario -perdón, quería
decir por el de mi perro-, Joan Capdevila, ahora diputado de ERC en
Madrid. La última vez que nos saludamos en una fiesta local le dije que
me sorprendía que un hombre de misa como él -proviene de la desaparecida
Unió- haya terminado sentado junto a una persona que se confiesa
“marxista” como Gabriel Rufián. Se lo tomó muy a pecho. Me quedó grabada
la respuesta: “eso tú, que vas con los españoles”.
Pero la cosa viene de lejos. Hay que recordar que el expresident
Puigdemont ya manifestó en su día que “els invasors seran foragitats de
Catalunya” (“los invasores serán expulsados de Catalunya”).
Siempre hubo polémica y él se excusó diciendo que había citado al
periodista Carles Rahola, que se había referido a las tropas
franquistas. Pero lo recogió en su día el periodista Quico Sallés.
O sea que tiene toda la credibilidad. En el pabellón municipal de
Girona donde pronunció el discurso había 3.000 personas que participaban
en la II asamblea de la ANC.
Como aquellas otras palabras de Carme Forcadell,
mucho antes de que llegara a presidenta del Parlament, que manifestó
que “nuestro adversario es el Estado español, lo hemos de tener muy
claro, lo hemos de tener muy claro. Y los partidos españoles que hay en
Catalunya, como Ciudadanos y el Partido Popular, que no se tendría que
llamar Partido Popular de Catalunya sino Partido Popular en Catalunya”.
“Por tanto -todavía añadió- éstos son nuestros adversarios, el resto somos
el pueblo catalán y el resto somos los que conseguiremos la
independencia”. Las negritas son mías. Ergo, los no independentistas no
es que no fueran buenos catalanes, es que ni tan sólo eran catalanes. Y,
por cierto, ya iba vestida de amarillo.
Vamos a ser francos: lo que piensa Quim Torra lo piensa la inmensa
mayoría de soberanistas. A los resultados me remito. No sólo lo puso
Puigdemont a dedo -como le salga rana como Alfred Ballesta-, sino
también JxCat, Esquerra y la CUP. Hasta el PDECAT. Lo votaron a ciegas.
Supongo, por tanto, que es también lo que piensan sus dos millones de
votantes.
Si ha habido en el campo procesista alguna reserva o crítica
ha sido más bien testimonial. En la misma noche del lunes, tras el
debate de investidura, el portavoz de JxCat, Eduard Pujol, se fue a 8TV y
ensalzó la talla intelectual del nuevo presidente. Dijo que “ni apruebo
ni desapruebo” los polémicos tuits. Simplemente que “se habían sacado
de contexto”. ¿Todos?. Jugaba en casa. Antes había sido directivo del
Grupo Godó.
El gran misterio del soberanismo catalán -más bien la gran tragedia- es la siguiente: si los catalanes somos tan buenos, tan superiores, tan cojonudos ¿cómo és que no somos todavía independientes?. En el empeño hasta tuvo más suerte Portugal que Catalunya.
Ello explica no sólo porqué nunca tienen la culpa de nada sino
también porqué volvemos a empezar con el proceso. Es curioso, yo todavía
recuerdo antiguos convergentes criticando el presunto complejo de
superioridad de la izquierda. Ahora lo exhiben ellos. Pero, mal que nos
pese, los catalanes no somos el pueblo elegido de Dios." (Xavier Rius, director de e-notícies, 16/05/18)
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